Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Peinado multiplica los frentes del ‘caso Begoña’ sin lograr avances significativos
El miedo “sobrenatural” a que el cáncer vuelva: “Sientes que no consigues atraparlo”
OPINIÓN | 'En el límite', por Antón Losada

Nacho González se suma al aquelarre

El ataque de Guillermo Gigou a Soria por pisar terreno resbaladizo en la refinería de Santa Cruz es muy duro y pondrá a prueba la coherencia de algunos de los concejales de la ciudad cuando haya que votar la moción. En ayuda del concejal de Ciudadanos ya ha salido también otro damnificado por las coces sorianas, Ignacio González, que más recientemente llegó a pisar las moquetas de los alrededores de su excelencia hasta el punto de firmar con él un pacto por el cual el CCN tiene a dos senadoras en el Grupo Popular pero menos (GPPM). Pero la luna de miel pronto se quebró y ya estamos viendo todos por ahí a Nacho repartiendo mandobles ante la evidencia de que todo el tiempo que permanezca a la sombra de Soria será para correr el riesgo cierto de que le caiga una piña en la cabeza y lo deje sin sentido. Nacho ha dicho en la Ser que “ya va siendo hora de que el ministro canario actúe como tal, aunque se molesten otros ministros de otras regiones”. Porque empieza a ser absolutamente insoportable lo que con la tarjeta de visita de Soria nos llega cada día a esta ultraperiférica nacionalidad. Y dos piedras.

El ataque de Guillermo Gigou a Soria por pisar terreno resbaladizo en la refinería de Santa Cruz es muy duro y pondrá a prueba la coherencia de algunos de los concejales de la ciudad cuando haya que votar la moción. En ayuda del concejal de Ciudadanos ya ha salido también otro damnificado por las coces sorianas, Ignacio González, que más recientemente llegó a pisar las moquetas de los alrededores de su excelencia hasta el punto de firmar con él un pacto por el cual el CCN tiene a dos senadoras en el Grupo Popular pero menos (GPPM). Pero la luna de miel pronto se quebró y ya estamos viendo todos por ahí a Nacho repartiendo mandobles ante la evidencia de que todo el tiempo que permanezca a la sombra de Soria será para correr el riesgo cierto de que le caiga una piña en la cabeza y lo deje sin sentido. Nacho ha dicho en la Ser que “ya va siendo hora de que el ministro canario actúe como tal, aunque se molesten otros ministros de otras regiones”. Porque empieza a ser absolutamente insoportable lo que con la tarjeta de visita de Soria nos llega cada día a esta ultraperiférica nacionalidad. Y dos piedras.