Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
La guerra entre PSOE y PP bloquea el acuerdo entre el Gobierno y las comunidades
Un año en derrocar a Al Asad: el líder del asalto militar sirio detalla la operación
Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal

Nardy estorba

Ni Pepa tiene los diecinueve concejales que tenía Soria, ni la oposición con la que le toca bailar es la de otras épocas. A pesar de eso, las prietas filas del PP no permiten pensar, por el momento, que ninguno de los quince que componen la mayoría miniplex (lo de megaplex se fue por el sumidero de las urnas) se pueda fugar con su acta a otro sillón. Y, sin embargo, cobra vida, aunque sea artificial, la tesis de que los tres ediles de Coalición Canaria, integrantes de la plancha de la que era cabeza visible Nardy Barrios se plantean dejarla con la única compañía del incombustible Agustín Montenegro. Todo, por una reunión en la que nacionalistas afines a José Carlos Mauricio prometieron fidelidad a la flamante alcaldesa si les deja tocar poder. A Pepa la jugada no le amarga. Al fin y al cabo, crecería su equipo, sólo tendría que hacer una pequeña remodelación para que los arribistas tuvieran su cuota y se quitaría de en medio el molesto grano en que se ha convertido Nardy.

Ni Pepa tiene los diecinueve concejales que tenía Soria, ni la oposición con la que le toca bailar es la de otras épocas. A pesar de eso, las prietas filas del PP no permiten pensar, por el momento, que ninguno de los quince que componen la mayoría miniplex (lo de megaplex se fue por el sumidero de las urnas) se pueda fugar con su acta a otro sillón. Y, sin embargo, cobra vida, aunque sea artificial, la tesis de que los tres ediles de Coalición Canaria, integrantes de la plancha de la que era cabeza visible Nardy Barrios se plantean dejarla con la única compañía del incombustible Agustín Montenegro. Todo, por una reunión en la que nacionalistas afines a José Carlos Mauricio prometieron fidelidad a la flamante alcaldesa si les deja tocar poder. A Pepa la jugada no le amarga. Al fin y al cabo, crecería su equipo, sólo tendría que hacer una pequeña remodelación para que los arribistas tuvieran su cuota y se quitaría de en medio el molesto grano en que se ha convertido Nardy.