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Normas básicas de comportamiento

Los bares, las plazas, los botellones y las redes sociales eran un clamor este domingo tras el primer campeonato mundial de España. Y había plena coincidencia en que el equipo holandés hizo aflorar lo peor del deporte, la cara violenta, agria y pendenciera de quien no sabe perder o de quien cree saber cómo ganar. La patada que recibió Xabi Alonso en el pecho, entradas por detrás y algunos pisotones en el pie de apoyo del contrario fueron los ejemplos más elocuentes de la manera de actuar de esos futbolistas que, por fortuna, jamás pasarán a la historia por lo que hicieron en este Mundial de Fútbol. Un comportamiento así es reprobable en todas las facetas de la vida y en todas las actividades humanas. Porque se puede competir, pugnar, rivalizar y hasta discrepar duramente, pero siempre respetando las reglas del juego, de modo que el resultado final que se obtenga sea el que más se acerque a la justicia. Y cuando no se hace justicia o crees que no se ha hecho justicia, siempre te queda el derecho reglamentario a la discrepancia, a la crítica y hasta al pataleo... Con argumentos y con motivos, evitando siempre el recurso fácil y burdo al insulto hacia el que no te da la razón. Eso ha hecho estos días, lamentablemente, el editor y director de El Día, del periódico más rastrero de cuantos subvenciona el Gobierno de Canarias, don Pepito (llamarle don José suena a broma) Rodríguez Ramírez. Con él nos veremos las caras muy pronto con la verdad y la ley por delante. Hacemos fervientes votos por que no se haga pis encima, porque resultaría muy desagradable, a la par que patético.

Los bares, las plazas, los botellones y las redes sociales eran un clamor este domingo tras el primer campeonato mundial de España. Y había plena coincidencia en que el equipo holandés hizo aflorar lo peor del deporte, la cara violenta, agria y pendenciera de quien no sabe perder o de quien cree saber cómo ganar. La patada que recibió Xabi Alonso en el pecho, entradas por detrás y algunos pisotones en el pie de apoyo del contrario fueron los ejemplos más elocuentes de la manera de actuar de esos futbolistas que, por fortuna, jamás pasarán a la historia por lo que hicieron en este Mundial de Fútbol. Un comportamiento así es reprobable en todas las facetas de la vida y en todas las actividades humanas. Porque se puede competir, pugnar, rivalizar y hasta discrepar duramente, pero siempre respetando las reglas del juego, de modo que el resultado final que se obtenga sea el que más se acerque a la justicia. Y cuando no se hace justicia o crees que no se ha hecho justicia, siempre te queda el derecho reglamentario a la discrepancia, a la crítica y hasta al pataleo... Con argumentos y con motivos, evitando siempre el recurso fácil y burdo al insulto hacia el que no te da la razón. Eso ha hecho estos días, lamentablemente, el editor y director de El Día, del periódico más rastrero de cuantos subvenciona el Gobierno de Canarias, don Pepito (llamarle don José suena a broma) Rodríguez Ramírez. Con él nos veremos las caras muy pronto con la verdad y la ley por delante. Hacemos fervientes votos por que no se haga pis encima, porque resultaría muy desagradable, a la par que patético.