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Pero Pinito, no des tormento

Pino Bosch es el nombre de la jefa de protocolo del Cabildo de Gran Canaria, una mujer dura que ejerce a la perfección el encargo más preciso que jamás ha recibido en su vida: si el presidente va a algún acto tiene que hablar y, si se puede forzar al máximo, presidir. Dicho y hecho, y allá donde va Soria, se adelanta Pinito con sus caprichos. Pero si en muchas ocasiones esos desplantes institucionales se han mantenido más o menos en secreto y se han resuelto por la vía del entendimiento, lo de este viernes con los alumnos de Derecho ha superado cualquier límite imaginable. Los alumnos han sido coaccionados con la cantidad de 3.000 euros, que es la rebaja que les hace el auditorio si dejan que presida Soria el acto. Y cuando la señora Bosch se tropezó con las normas, exclamó lo que es todo un síntoma del estilo en el que se desenvuelve: “Mira, nosotros en el Cabildo nos pasamos el protocolo de Estado por el borde del dobladillo”. Fino sí que es, no nos lo negarán.

Pino Bosch es el nombre de la jefa de protocolo del Cabildo de Gran Canaria, una mujer dura que ejerce a la perfección el encargo más preciso que jamás ha recibido en su vida: si el presidente va a algún acto tiene que hablar y, si se puede forzar al máximo, presidir. Dicho y hecho, y allá donde va Soria, se adelanta Pinito con sus caprichos. Pero si en muchas ocasiones esos desplantes institucionales se han mantenido más o menos en secreto y se han resuelto por la vía del entendimiento, lo de este viernes con los alumnos de Derecho ha superado cualquier límite imaginable. Los alumnos han sido coaccionados con la cantidad de 3.000 euros, que es la rebaja que les hace el auditorio si dejan que presida Soria el acto. Y cuando la señora Bosch se tropezó con las normas, exclamó lo que es todo un síntoma del estilo en el que se desenvuelve: “Mira, nosotros en el Cabildo nos pasamos el protocolo de Estado por el borde del dobladillo”. Fino sí que es, no nos lo negarán.