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El PP anima el verano

Parece mentira que nos sorprendamos. Agosto es el mes tonto por excelencia, pero algunas excelencias esperan que llegue agosto para hacer esas tonterías que seguramente tendrían mucho más ruido en cualquier otro mes del año. Fue un mes de agosto de 2003, estrenándose prácticamente en el cargo, cuando Pepa Luzardo hizo el estropicio del caso Isolux, encargando un segundo informe que desdijera el primero para así darle aquel concurso millonario a la empresa que le habían dicho que tenía que ganar. Y ha sido agosto, ocho años después, con el regreso de otro pepero a la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria, cuando este partido vuelve a enseñar sus cartas y los modos y maneras que nos esperan los próximos cuatro años. En tan sólo un día hemos conocido tres aspectos que son para echarse a temblar. El primero: anunciar un drástico recorte del 50% en las ayudas a domicilio a mayores dependientes; el segundo: dar un certero golpe de muerte al Womad rebajando hasta el ridículo la aportación económica municipal, y tercero: nombrar a la familia en puestos clave del consistorio. Insistimos en el dato contrastable de que todo ha sido en un sólo día de agosto, el segundo día de agosto, el mismo en el que supimos que en Baleares el PP no cierra la tele autonómica, ni la pone en manos de los trabajadores, sino que pasa a controlarla con un comisario político. El mismo día que supimos que Cospedal incrementa el sueldo de los asesores de la Comunidad de Castilla La Mancha, y el mismo día en que nos enteramos de que la concejal de asuntos sociales de Manises, del PP, abandonó un pleno municipal para llegar a tiempo al programa Sálvame de Luxe, al que acudía ¡como público! Lo mejor que tiene esto es lo malo que se está poniendo. Oye.

Parece mentira que nos sorprendamos. Agosto es el mes tonto por excelencia, pero algunas excelencias esperan que llegue agosto para hacer esas tonterías que seguramente tendrían mucho más ruido en cualquier otro mes del año. Fue un mes de agosto de 2003, estrenándose prácticamente en el cargo, cuando Pepa Luzardo hizo el estropicio del caso Isolux, encargando un segundo informe que desdijera el primero para así darle aquel concurso millonario a la empresa que le habían dicho que tenía que ganar. Y ha sido agosto, ocho años después, con el regreso de otro pepero a la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria, cuando este partido vuelve a enseñar sus cartas y los modos y maneras que nos esperan los próximos cuatro años. En tan sólo un día hemos conocido tres aspectos que son para echarse a temblar. El primero: anunciar un drástico recorte del 50% en las ayudas a domicilio a mayores dependientes; el segundo: dar un certero golpe de muerte al Womad rebajando hasta el ridículo la aportación económica municipal, y tercero: nombrar a la familia en puestos clave del consistorio. Insistimos en el dato contrastable de que todo ha sido en un sólo día de agosto, el segundo día de agosto, el mismo en el que supimos que en Baleares el PP no cierra la tele autonómica, ni la pone en manos de los trabajadores, sino que pasa a controlarla con un comisario político. El mismo día que supimos que Cospedal incrementa el sueldo de los asesores de la Comunidad de Castilla La Mancha, y el mismo día en que nos enteramos de que la concejal de asuntos sociales de Manises, del PP, abandonó un pleno municipal para llegar a tiempo al programa Sálvame de Luxe, al que acudía ¡como público! Lo mejor que tiene esto es lo malo que se está poniendo. Oye.