Premio soriano a los investigados bajo lupa

Dirá Paulino Rivero eso también tan socorrido de que el presidente del Gobierno de Canarias no debe entrometerse en los designios del partido de la oposición -por muy socio suyo que sea- en el Cabildo de Gran Canaria. Y tampoco en las genuflexiones del PP ante CC en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, añadimos nosotros de paso y sin faltar. Pero lo cierto es que su socio de cuerpo y alma, José Manuel Soria, no ceja en su empeño de coronar con laureles a lo más mentado de su partido en los juzgados de instrucción de las Islas. TSJC aparte. Carlos Sánchez Ojeda, también conocido como el hombre de la grabadora oculta en presencia del denunciante del caso grupo Europa, es el nuevo portavoz del PP en el Cabildo de Gran Canaria -tercero de este mandato- y como mérito y capacidad para el cargo, que nosotros sepamos, apunta a un reguero de imputaciones de su etapa como concejal de Urbanismo de Sanrta Brígida, desde el caso Teleyma por unos adosados by the face en La Atalaya hasta el archiconocido caso Brisan, a cuenta del mamotreto de parking en El Monte Lentiscal.

Dirá Paulino Rivero eso también tan socorrido de que el presidente del Gobierno de Canarias no debe entrometerse en los designios del partido de la oposición -por muy socio suyo que sea- en el Cabildo de Gran Canaria. Y tampoco en las genuflexiones del PP ante CC en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, añadimos nosotros de paso y sin faltar. Pero lo cierto es que su socio de cuerpo y alma, José Manuel Soria, no ceja en su empeño de coronar con laureles a lo más mentado de su partido en los juzgados de instrucción de las Islas. TSJC aparte. Carlos Sánchez Ojeda, también conocido como el hombre de la grabadora oculta en presencia del denunciante del caso grupo Europa, es el nuevo portavoz del PP en el Cabildo de Gran Canaria -tercero de este mandato- y como mérito y capacidad para el cargo, que nosotros sepamos, apunta a un reguero de imputaciones de su etapa como concejal de Urbanismo de Sanrta Brígida, desde el caso Teleyma por unos adosados by the face en La Atalaya hasta el archiconocido caso Brisan, a cuenta del mamotreto de parking en El Monte Lentiscal.