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PSOE de Canarias: que el último apague la luz

La Mesa del Parlamento de Canarias no quería ceder ningún salón de su sede de Teobaldo Power para que se celebrara una jornada informativa sobre el proyecto de Ley del Suelo. No hay que perturbar los asuntos del presidente del Gobierno, debieron pensar los integrantes de ese órgano, o al menos los diputados de Coalición Canaria y del Partido Popular, partidarios de esa ley en ciernes, ante el absentismo político en el que se ha asentado desde hace ya muchos meses el PSOE, que además, preside la Cámara. Alguien debió hacer ver a sus señorías de la Mesa el tamaño del disparate que suponía que la sede de la soberanía popular impidiera a dos de sus grupos políticos (Podemos y Nueva Canarias) invitar a dos ciudadanos para debatir ese proyecto de ley, lo que condujo finalmente a que se reconsiderase la decisión y la jornada se celebrase con mayor expectación de la que originariamente habría podido alcanzar. Los dos expertos invitados a exponer fueron nada menos que Fernando Gómez Aguilera, de la Fundación César Manrique, y Carmelo Padrón, catedrático de Derecho Urbanístico, dos autoridades muy respetadas en su especialidad que dejarán de serlo de manera inminente en cuanto los partidarios de la Ley del Suelo lo decreten. Porque Padrón y Gómez Aguilera, evidentemente, fueron invitados por Nueva Canarias y Podemos para reforzar con argumentos técnicos la posición contraria al proyecto que estos dos grupos liderarán en el Parlamento. Y no son argumentos baladíes que muy probablemente acabarán provocando cierta contestación social, la que se pueda promover teniendo en cuenta que los poderes fácticos de esta nacionalidad, con los empresarios al frente, harán todo lo posible por que no nos enteremos de la escandalera. Pero antes de que eso ocurra detengámonos en lo ocurrido este miércoles en esa reunión casi clandestina del Parlamento: además de diputados de Podemos y de Nueva Canarias, llamó mucho la atención de dos socialistas, Gustavo Matos y Gabriel Corujo, lo que vuelve a poner de manifiesto la profunda brecha que tiene abierta el PSOE de las islas desde hace ya demasiados meses.

 

 

Dos Corujo muy activos

Gustavo Matos ya ha explicado a la concurrencia que no tiene por qué interpretarse como marciana su presencia y la de su compañero Corujo en esa inefable reunión. Es verdad lo que dice: su partido no ha adoptado todavía una postura concreta sobre la Ley del Suelo, y lo más que se aproxima a eso puede ser precisamente el criterio de Carmelo Padrón, reputado asesor del PSOE para estos menesteres. Lo que esquiva Matos en sus explicaciones para no pisar más jardines de los acostumbrados es que en las instituciones la única decisión socialista ha sido precisamente la de apoyar a Clavijo porque eso es exactamente lo que hicieron hace unas semanas los cuatro consejeros del PSC en el Consejo de Gobierno de Canarias (con su vicepresidenta al frente) en el que se dio vía libre al proyecto de ley. Gabriel Corujo mantiene las mismas tesis, o se le supone. Al fin y al cabo representa en Gran Canaria la corriente renovadora que en su día lideró Gustavo Matos con su Bases 2020, derrotada en las primarias por Patricia Hernández para dar lugar a esta situación tan pintoresca. Otra Corujo, Dolores, presidenta del Grupo Parlamentario socialista y alcaldesa de San Bartolomé de Lanzarote, isla donde ejerce como secretaria general insular, también se deshace en gestos contrarios a la Ley del Suelo. Si hace unas semanas se constituyó en un acto muy crítico en la Fundación César Manrique, estos días ha vuelto a ser noticia por invitar al arquitecto Faustino García Márquez, uno de los promotores de la plataforma “Canarias no es un solar” a dar una charla en la Agrupación Socialista conejera. Loli Corujo marca de este modo distancias con la vicepresidenta Patricia Hernández, a la que muy probablemente querrá disputarle en primarias la secretaría general del PSOE canario una vez Pedro Sánchez deje de deshojar la margarita, cierre esta fase de incertidumbre política y convoque congreso federal. Tras él, los regionales, y el de Canarias empieza a ser de vida o muerte.

 

 

Firmas contra José Miguel Pérez

La situación en el PSOE canario empieza a ser insostenible. No hay dirección política alguna, y la poca que hay la protagoniza su secretario de Organización, Julio Cruz, cuya gestión está en entredicho desde hace muchos meses por las sucesivas crisis que resolvió de la manera expeditiva que se le atribuye (crisis de La Palma, crisis de La Gomera,  crisis de Tenerife, crisis de La Laguna…). Hace mucho tiempo que el secretario general, José Miguel Pérez, decidió apartarse del todo y dejar hacer. Regresó a su trabajo como catedrático de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y a cierta colaboración con la Ejecutiva Federal en materia de Educación, pero dedicándole el esfuerzo justo al partido en Canarias a la espera del relevo congresual. Nunca quiso dimitir para evitar que una gestora se echara al monte, pero ha sido demasiado prolongada la interinidad y la cosa está a punto de estallar. Lo demuestra el hecho de que un grupo de destacados militantes ha empezado a recoger firmas para exigir la dimisión de Pérez y de la mitad más uno de los miembros de su Ejecutiva, condición imprescindible para que Ferraz designe una gestora que se haga cargo del partido en Canarias. Al frente de esa rebelión se sitúa el diputado Chano Franquis, secretario general del partido en Las Palmas de Gran Canaria, y hombre de la confianza de Pedro Sánchez. Franquis no goza de la unanimidad de los que sí le apoyan en esta acción, pero comparten con él la necesidad de acabar con un estado catatónico en el que sólo se aprecia algún pulso orgánico cuando de lo que se trata es de proteger a Patricia Hernández y al pacto con Coalición Canaria para que sea eso lo que se perpetúe a partir del congreso regional. Es cierto que el PSOE canario sólo ha jugado este último año a favor de Coalición Canaria obstruyendo cualquier intento de rebelión ante los atropellos proferidos por el socio gubernamental, como si una ruptura de ese acuerdo fuera más catastrófica que la vergüenza de lo que ha pasado en la ciudad de La Laguna, donde un alcalde nacionalista se lleva por delante el grupo socialista y la agrupación local y todo lo resuelve el secretario general de CC en el corazón de Ferraz. Además, hay acusaciones muy feas de afiliaciones ilegales encaminadas precisamente a que la vicepresidenta tenga más respaldo cuando lleguen el momento, lo que no sería otra cosa que la repetición de comportamientos obscenos ya detectados en aquellas primarias abiertas que se saldaron con su elección como candidata autonómica.

 

Otros candidatos

Nadie revela todavía su intención de presentarse a la secretaría general del PSOE canario, pero parece evidente que Patricia Hernández será una de las candidatas, de momento la candidata de la oficialidad. Cuenta con el respaldo de una parte de la Ejecutiva Regional, entre otros el mentado Julio Cruz y el actual vicesecretario, Francisco Hernández Spínola, pendiente de algún nombramiento que lo saque de su regreso al reloj de fichar en la Comunidad Autónoma una vez las urnas (y Ferraz) lo dejaron fuera del Congreso de los Diputados. Hasta no hace mucho también estuvo respaldada por Juan Fernando López Aguilar, del que ahora se dice que sería otro posible candidato. El ex ministro ha renunciado a apetecibles cátedras en universidades extranjeras a la espera de lo que le depare su futuro político, bastante incierto en este nuevo PSOE tan cambiante. Chano Franquis quisiera ser, pero no es tonto. Sabe que no goza de gran predicamento orgánico (cuatro votos le salvaron su liderazgo en Las Palmas de Gran Canaria) y busca candidatos o candidatas que puedan deberle el puesto. Una de ellas podría ser perfectamente Loli Corujo, una aspirante que, de triunfar, se convertiría en la primera mujer secretaria general y en la primera secretaria general de una isla distinta a Tenerife o Gran Canaria. Luego estarán las sorpresas: si López Aguilar no se presentara, algunos de los que ahora le manifiestan su apoyo darían un paso al frente. O no. Mientras tanto, el PSOE canario se desangra con una pérdida de apoyo popular verdaderamente preocupante. El papelón que está desempeñando en el Gobierno regional le va a pasar factura por mucho tiempo. Si no espabila, terminará apoyando en el Parlamento la Ley del Suelo de Clavijo votando junto al PP y a la Agrupación Socialista Gomera de Casimiro Curbelo. Se quedará entonces sin un mínimo discurso político, lo que aprovechará Coalición Canaria para echarlo del Gobierno al día siguiente. Podemos y Nueva Canarias se preparan para el festín. El último, que apague la luz.

La Mesa del Parlamento de Canarias no quería ceder ningún salón de su sede de Teobaldo Power para que se celebrara una jornada informativa sobre el proyecto de Ley del Suelo. No hay que perturbar los asuntos del presidente del Gobierno, debieron pensar los integrantes de ese órgano, o al menos los diputados de Coalición Canaria y del Partido Popular, partidarios de esa ley en ciernes, ante el absentismo político en el que se ha asentado desde hace ya muchos meses el PSOE, que además, preside la Cámara. Alguien debió hacer ver a sus señorías de la Mesa el tamaño del disparate que suponía que la sede de la soberanía popular impidiera a dos de sus grupos políticos (Podemos y Nueva Canarias) invitar a dos ciudadanos para debatir ese proyecto de ley, lo que condujo finalmente a que se reconsiderase la decisión y la jornada se celebrase con mayor expectación de la que originariamente habría podido alcanzar. Los dos expertos invitados a exponer fueron nada menos que Fernando Gómez Aguilera, de la Fundación César Manrique, y Carmelo Padrón, catedrático de Derecho Urbanístico, dos autoridades muy respetadas en su especialidad que dejarán de serlo de manera inminente en cuanto los partidarios de la Ley del Suelo lo decreten. Porque Padrón y Gómez Aguilera, evidentemente, fueron invitados por Nueva Canarias y Podemos para reforzar con argumentos técnicos la posición contraria al proyecto que estos dos grupos liderarán en el Parlamento. Y no son argumentos baladíes que muy probablemente acabarán provocando cierta contestación social, la que se pueda promover teniendo en cuenta que los poderes fácticos de esta nacionalidad, con los empresarios al frente, harán todo lo posible por que no nos enteremos de la escandalera. Pero antes de que eso ocurra detengámonos en lo ocurrido este miércoles en esa reunión casi clandestina del Parlamento: además de diputados de Podemos y de Nueva Canarias, llamó mucho la atención de dos socialistas, Gustavo Matos y Gabriel Corujo, lo que vuelve a poner de manifiesto la profunda brecha que tiene abierta el PSOE de las islas desde hace ya demasiados meses.