El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Todos se recolocan
Claro que este tipo de escaramuzas en el Partido Popular nunca son “división interna” ni “bandos” ni “ruptura”, como solemos llamar los medios de comunicación a lo que ocurre, por ejemplo, en el Partido Socialista Canario, o sin ir tan lejos, en Coalición Canaria Gran Canaria, donde también se presenta interesante su congreso insular. Como el PP es partido ganador y poco dado a zarandajas democráticas, estos movimientos telúricos de remover presidentas que hasta ahora eran vacas sagradas (adóptese la expresión en su estricto sentido mitológico) son naturales, y hasta los celebramos con guasa y chascarrillos. Ni puñetera gracia que le tiene que estar haciendo a la afectada, porque ha pasado de ser la que decapitaba adversarios internos (miren a Ángel Llanos o a Alfonso Soriano Benítez de Lugo), a penar por los pasillos intentando que su premio pase de ser concejala y diputada rasa en la oposición. En la isla de Gran Canaria las cosas son más sutiles, aunque también a María Australia Navarro le mueven la silla. Los Bravo de Laguna, el Bermúdez y el Cabrera, quieren posicionarse como sólo ellos saben hacer cara al congreso nacional del viernes. Optan a ocupar plaza en el Comité Nacional para, acto seguido, intentar acceder a la dirección insular del partido. Tendrán que ponerse de acuerdo con Juan José Cardona, que en algún sitio ha dejado caer que todo eso también lo quiere para él. Pero ellos son dos.
Claro que este tipo de escaramuzas en el Partido Popular nunca son “división interna” ni “bandos” ni “ruptura”, como solemos llamar los medios de comunicación a lo que ocurre, por ejemplo, en el Partido Socialista Canario, o sin ir tan lejos, en Coalición Canaria Gran Canaria, donde también se presenta interesante su congreso insular. Como el PP es partido ganador y poco dado a zarandajas democráticas, estos movimientos telúricos de remover presidentas que hasta ahora eran vacas sagradas (adóptese la expresión en su estricto sentido mitológico) son naturales, y hasta los celebramos con guasa y chascarrillos. Ni puñetera gracia que le tiene que estar haciendo a la afectada, porque ha pasado de ser la que decapitaba adversarios internos (miren a Ángel Llanos o a Alfonso Soriano Benítez de Lugo), a penar por los pasillos intentando que su premio pase de ser concejala y diputada rasa en la oposición. En la isla de Gran Canaria las cosas son más sutiles, aunque también a María Australia Navarro le mueven la silla. Los Bravo de Laguna, el Bermúdez y el Cabrera, quieren posicionarse como sólo ellos saben hacer cara al congreso nacional del viernes. Optan a ocupar plaza en el Comité Nacional para, acto seguido, intentar acceder a la dirección insular del partido. Tendrán que ponerse de acuerdo con Juan José Cardona, que en algún sitio ha dejado caer que todo eso también lo quiere para él. Pero ellos son dos.