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Opinión - La fiesta acaba de empezar. Por Esther Palomera

Rosa Rodríguez tendrá que esperar

Mientras Mauricio y Soria restañan sus heridas por el fracaso en La Caja, el primero se lo pasa pipa tratando de convencer a los enemigos de toda la vida que él se agachó en realidad, que si hubiera querido, habría controlado la situación. No cambiará. Otros se conforman con tratar de transmitir a la opinión pública que la posible permanencia en la presidencia de la entidad de Antonio Marrero supone un síntoma de continuidad que nadie cree. Marrero dejó de ser un hombre del círculo mauriciano-soriano desde hace tiempo, justo el que ha transcurrido desde que Mauricio y otros sectores instalados más allá del istmo dejaron de llamarle. Lo volvieron a hacer este miércoles, pero ya era tarde. Apostaron, los dichos círculos, por Rosa Rodríguez, consejera de Hacienda del Cabildo, después de la caída en desgracia de Curro Fernández Roca. Pero Rosa tendrá que esperar. Curro ya lo sabía.

Mientras Mauricio y Soria restañan sus heridas por el fracaso en La Caja, el primero se lo pasa pipa tratando de convencer a los enemigos de toda la vida que él se agachó en realidad, que si hubiera querido, habría controlado la situación. No cambiará. Otros se conforman con tratar de transmitir a la opinión pública que la posible permanencia en la presidencia de la entidad de Antonio Marrero supone un síntoma de continuidad que nadie cree. Marrero dejó de ser un hombre del círculo mauriciano-soriano desde hace tiempo, justo el que ha transcurrido desde que Mauricio y otros sectores instalados más allá del istmo dejaron de llamarle. Lo volvieron a hacer este miércoles, pero ya era tarde. Apostaron, los dichos círculos, por Rosa Rodríguez, consejera de Hacienda del Cabildo, después de la caída en desgracia de Curro Fernández Roca. Pero Rosa tendrá que esperar. Curro ya lo sabía.