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Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal

Soria lamenta haber ofendido (con espumarajos)

Los cronistas parlamentarios jamás habían vivido tan alto nivel de crispación en la Cámara Autonómica. Hace muchos meses que la abandonó López Aguilar, lo que significa que habrá que buscar allí a otros responsables. El PP se inclina, claro, por Santiago Pérez, portavoz socialista, al que Soria quiso desprestigiar llamándolo PNN (profesor no numerario), y luego lo trató de arreglar del modo cínico y chulesco que él siempre emplea: “Yo lamento, de verdad, ¿eh?, haber ofendido a su señoría cuando antes lo califiqué de PNN, profesor no numerario, al fin y al cabo es lo que usted es hoy, no se lo tome como algo malo, al contrario, debería estar muy honrado de ser lo que es después de 25 años en la Universidad”. Santiago Pérez, siempre crispando, le responde luego: “Estoy muy orgulloso de mi trayectoria docente, que no es usted quien para valorarla, sino los miles de alumnos que he tenido, algunos sentados en estos escaños. Usted lo intentó decir con ánimo denigrador, aunque luego, con el aplomo que le pone a las cosas cuando falta a la verdad, intente arreglarlo ahora”. ¿Alguien puede descifrar quién es el que crispa?

Los cronistas parlamentarios jamás habían vivido tan alto nivel de crispación en la Cámara Autonómica. Hace muchos meses que la abandonó López Aguilar, lo que significa que habrá que buscar allí a otros responsables. El PP se inclina, claro, por Santiago Pérez, portavoz socialista, al que Soria quiso desprestigiar llamándolo PNN (profesor no numerario), y luego lo trató de arreglar del modo cínico y chulesco que él siempre emplea: “Yo lamento, de verdad, ¿eh?, haber ofendido a su señoría cuando antes lo califiqué de PNN, profesor no numerario, al fin y al cabo es lo que usted es hoy, no se lo tome como algo malo, al contrario, debería estar muy honrado de ser lo que es después de 25 años en la Universidad”. Santiago Pérez, siempre crispando, le responde luego: “Estoy muy orgulloso de mi trayectoria docente, que no es usted quien para valorarla, sino los miles de alumnos que he tenido, algunos sentados en estos escaños. Usted lo intentó decir con ánimo denigrador, aunque luego, con el aplomo que le pone a las cosas cuando falta a la verdad, intente arreglarlo ahora”. ¿Alguien puede descifrar quién es el que crispa?