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Opinión | Ya empezamos, por Antón Losada

Suárez Gil se revuelve

José Miguel Suárez Gil ha emitido uno de los comunicados más esperados del último año, el que se inició no el 1 de enero, sino allá por marzo de 2005, cuando se puso en marcha la investigación de la trama eólica. Al ex presidente de la Cámara de Comercio se le vinculó desde un principio, no por maldad de los medios de comunicación, sino porque aparecía citado en la denuncia original de Alberto Santana. Además, la Policía lo incluyó en el listado inicial de personas a llamar a declarar como imputado en la segunda fase de las investigaciones. Sin embargo, a pesar de sucesivos anuncios publicados en otros periódicos acerca de la inminencia de su imputación, Suárez Gil no ha sido llamado todavía. Ni se le ha intervenido su teléfono móvil, el más caliente en las últimas seis generaciones de canarios. Tiene razón por lo tanto cuando se cabrea, pero no sabemos si la tiene cuando lo carga todo en el debe de una campaña orquestada en su contra por las rupturas que produjo con sus antiguos compañeros de viaje, Palero a la cabeza.

José Miguel Suárez Gil ha emitido uno de los comunicados más esperados del último año, el que se inició no el 1 de enero, sino allá por marzo de 2005, cuando se puso en marcha la investigación de la trama eólica. Al ex presidente de la Cámara de Comercio se le vinculó desde un principio, no por maldad de los medios de comunicación, sino porque aparecía citado en la denuncia original de Alberto Santana. Además, la Policía lo incluyó en el listado inicial de personas a llamar a declarar como imputado en la segunda fase de las investigaciones. Sin embargo, a pesar de sucesivos anuncios publicados en otros periódicos acerca de la inminencia de su imputación, Suárez Gil no ha sido llamado todavía. Ni se le ha intervenido su teléfono móvil, el más caliente en las últimas seis generaciones de canarios. Tiene razón por lo tanto cuando se cabrea, pero no sabemos si la tiene cuando lo carga todo en el debe de una campaña orquestada en su contra por las rupturas que produjo con sus antiguos compañeros de viaje, Palero a la cabeza.