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El supermercado, primera gestión de Nono

Vuelven nuestros ojos a fijarse atentamente en el Ayuntamiento de Mogán, donde el personal levanta todas las alfombras, mira debajo de las mesas y detrás de las puertas y desconecta sus móviles por lo que pueda ocurrir. Un estrés, vamos. Este viernes supimos de las primeras gestiones del flamante alcalde que se les ha incorporado, Antonio Santana, más que nada para comprobar si era verdad que regresaba al consistorio a salvar al municipio del cáncer de vicio y corrupción que, según él, representan su primo Juan y el resto de excompañeros de Coalición Canaria de toda la vida. Pero nos quedamos un tanto perplejos al comprobar que el primer expediente por el que se interesó es el de un supermercado en Puerto Rico, junto a la piscina de abajo, para que se sitúen. Dicen las malas lenguas que la cosa no ha estado fina y que la tramitación de ese expediente pudiera dar como resultado una acusación fea por parte del alcalde a sus censuradores. Lo malo del supermercado, además de lo que pueda descubrir Nono Santana, es que a su lado se levanta un estupendo salón de máquinas recreativas muy peculiar, que ocupa el espacio que en su día se destinaba a servicios y balneario. No nos podemos ni imaginar de quién es el salón de máquinas recreativas ni cómo se produjo la adjudicación, de haberse producido.

Vuelven nuestros ojos a fijarse atentamente en el Ayuntamiento de Mogán, donde el personal levanta todas las alfombras, mira debajo de las mesas y detrás de las puertas y desconecta sus móviles por lo que pueda ocurrir. Un estrés, vamos. Este viernes supimos de las primeras gestiones del flamante alcalde que se les ha incorporado, Antonio Santana, más que nada para comprobar si era verdad que regresaba al consistorio a salvar al municipio del cáncer de vicio y corrupción que, según él, representan su primo Juan y el resto de excompañeros de Coalición Canaria de toda la vida. Pero nos quedamos un tanto perplejos al comprobar que el primer expediente por el que se interesó es el de un supermercado en Puerto Rico, junto a la piscina de abajo, para que se sitúen. Dicen las malas lenguas que la cosa no ha estado fina y que la tramitación de ese expediente pudiera dar como resultado una acusación fea por parte del alcalde a sus censuradores. Lo malo del supermercado, además de lo que pueda descubrir Nono Santana, es que a su lado se levanta un estupendo salón de máquinas recreativas muy peculiar, que ocupa el espacio que en su día se destinaba a servicios y balneario. No nos podemos ni imaginar de quién es el salón de máquinas recreativas ni cómo se produjo la adjudicación, de haberse producido.