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Y todavía falta lo peor

A Fernando Bañolas terminaremos poniéndole al menos una rotonda. No pasará a la historia de la gestión sanitaria de Canarias como el consejero que acabó con las listas de espera o el que logró meter en cintura el despilfarro en algunos servicios, pero al menos hay que reconocerle al hombre que está intentando investigar y neutralizar ciertos comportamientos irregulares que, como mínimo, encarecen enormemente el coste, ya de por sí elevado, de la sanidad pública isleña. No habíamos acabado de digerir lo que se le viene encima al Servicio Canario de Salud con el concurso de la hemodiálisis (124,7 millones de euros), ni hemos terminado de levantar las alfombras del concurso de 300 millones de las ambulancias en Gestión Sanitaria de Canarias, cuando nos enteramos de que se ha abierto un inmenso agujero (probablemente de unos 30 millones de euros) en el pago no reglado de servicios a clínicas privadas no concertadas. A Bañolas no se le cambia el semblante cuando se entera de estos marrones heredados de su antecesora Mercedes Roldós, que sigue insistiendo en que todo es un montaje mediático, especialmente de CANARIAS AHORA, pero sabemos que el consejero está hasta los mismísimos humildes de que no lo dejen trabajar en la resolución de otros problemas.

A Fernando Bañolas terminaremos poniéndole al menos una rotonda. No pasará a la historia de la gestión sanitaria de Canarias como el consejero que acabó con las listas de espera o el que logró meter en cintura el despilfarro en algunos servicios, pero al menos hay que reconocerle al hombre que está intentando investigar y neutralizar ciertos comportamientos irregulares que, como mínimo, encarecen enormemente el coste, ya de por sí elevado, de la sanidad pública isleña. No habíamos acabado de digerir lo que se le viene encima al Servicio Canario de Salud con el concurso de la hemodiálisis (124,7 millones de euros), ni hemos terminado de levantar las alfombras del concurso de 300 millones de las ambulancias en Gestión Sanitaria de Canarias, cuando nos enteramos de que se ha abierto un inmenso agujero (probablemente de unos 30 millones de euros) en el pago no reglado de servicios a clínicas privadas no concertadas. A Bañolas no se le cambia el semblante cuando se entera de estos marrones heredados de su antecesora Mercedes Roldós, que sigue insistiendo en que todo es un montaje mediático, especialmente de CANARIAS AHORA, pero sabemos que el consejero está hasta los mismísimos humildes de que no lo dejen trabajar en la resolución de otros problemas.