La descarbonización total en Canarias requiere de cuatro centrales hidroeléctricas como Chira-Soria en tres islas

Sistema de almacenamiento de energía conectado a molinos eólicos.

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —

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La descarbonización debe ser una realidad en 2050. La Unión Europea ha fijado que los países que la integran tienen un plazo de 29 años para avanzar hacia la neutralidad climática con un consumo 100% renovable. Canarias elabora a contrarreloj su estrategia para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y aprovechar al máximo recursos naturales abundantes en el Archipiélago, como el sol y el viento. De las ocho patas en las que se divide el plan de la Consejería de Transición Ecológica se han cerrado tres: autoconsumo fotovoltaico, almacenamiento energético y vehículo eléctrico. El Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), encargado de elaborar los estudios por un importe superior a los 150.000 euros con un plazo de un año (hasta noviembre), ha contemplado hasta diez supuestos para optimizar las energías limpias en función de la demanda y alcanzar el 100%. Y en todos, sería necesario un almacenamiento a gran escala con dos centrales hidroeléctricas en Gran Canaria, al menos una más en Tenerife y otra en La Palma. 

Estas conclusiones ya las maneja el consejero de Transición Ecológica, Jose Antonio Valbuena, en medio de la polémica en Gran Canaria entre detractores y defensores de la central hidroeléctrica entre los embalses de Chira y Soria, uno de los proyectos de almacenamiento de energía más complejos y de mayor envergadura de España que está cerca de empezar a construirse tras 20 años de parálisis burocrática. Una plataforma ciudadana ha elevado sus protestas hasta el Parlamento de Canarias y organismos nacionales o internacionales al considerar que destruirá el corazón relativamente virgen de la isla. Pero aunque aún está pendiente del informe de impacto medioambiental, el ITC ha concluido que con Chira-Soria no es suficiente para almacenar energía renovable. Será necesaria otra, como por ejemplo “con la asociación de la presa de Cueva de las Niñas” al embalse de Soria, según expone el documento Estrategia de almacenamiento energético de Canarias. Con lo que Gran Canaria ya tiene, al menos, su segundo Chira-Soria localizado por la existencia de ese embalse de La Niñas.

En sistemas eléctricos aislados como Canarias, la posibilidad de almacenar energía renovable, que son variables y no siempre están disponibles, cobra mayor importancia que en un territorio continental interconectado. Avanzar hacia la descarbonización va más allá de la instalación de parques eólicos o plantas fotovoltaicas. Esa energía es transportada en la red y en territorios insulares la capacidad es limitada. Por ejemplo, si hay un día con mucho viento y la red insular no es capaz de absorber toda la energía eólica, la producción de los parques se corta durante horas para evitar excedentes, pues si se vierte en la red más energía de la que puede transportar se podría generar un cero energético. Es decir, cuando la generación supera a la demanda. De hecho, en la actualidad, aunque escasos, ya se han producido vertidos de renovables. Guardar esa energía excedentaria permitiría dotar de “mayor flexibilidad al sistema eléctrico y desacoplar en determinados tramos horarios la generación de la demanda”, explica el documento. 

El estudio expone que el almacenamiento es la pieza que permite conseguir el 100% renovable y adaptar la generación de energías limpias a la demanda. Y este no solo es posible en centrales hidroeléctricas. También contempla supuestos de almacenamiento a nivel usuario, mediante autoconsumo en edificios con fotovoltaicas y otro distribuido en la propia red eléctrica, en dispositivos habilitados para ello como las baterías. En una de las propuestas, se analizó el potencial instalable de energía solar para cada edificio en Canarias, que permitiría un total de 11.233 megavatios (MW). Aunque el Gobierno de Canarias aún no facilita el dato sobre cuanta energía renovable sería necesaria para alcanzar el 100% renovable, esta opción quedó descartada porque optar solo por esta vía “produciría una cantidad excesiva de vertidos en la red” y la cobertura no superaría el 50% en ninguna de las islas. 

En otro de los supuestos, se contempla una combinación de almacenamiento entre los sistemas solares instalados en viviendas y edificios con las baterías conectadas a parques eólicos o plantas fotovoltaicas, distribuidas en las redes eléctricas. Esta opción conseguiría cubrir una horquilla entre el 88 y el 96% de la demanda energética. Una de las principales conclusiones extraídas de este análisis es que no siempre es posible llegar a los escenarios de autosuficiencia energética porque aún aumentando de manera exponencial las capacidades de almacenamiento, no existen parques eólicos ni plantas fotovoltaicas conectados a todas las redes de distribución. “Esto motiva la inclusión de sistemas de almacenamiento a gran escala con los que conseguir una gestión coordinada de todo el sistema eléctrico en su conjunto”, recoge el texto.

Es decir, que para alcanzar el 100%, según la estrategia elaborada por el ITC, se debe recurrir a una combinación entre los tres tipos de almacenamiento: el de autoconsumo, el distribuido en la red y a gran escala. Si bien las baterías de ion litio también permitirán alcanzar el máximo, esta vía ha sido desechada ya que se ha considerado más eficaz el salto de agua mediante centrales hidroeléctricas. Durante una comparecencia en el Parlamento de Canarias, el director de I+D+i del ITC y responsable del Plan de Transición Ecológica de Canarias, Gonzalo Piernavieja, aseguró que es el sistema que se emplea para almacenar el 96% de la energía renovable del mundo por ser el más eficaz, barato y sostenible, no así las minas de litio, que fomenta la dependencia del exterior y la contaminación; además, la mayor pila en el mundo, la de Australia, tiene una capacidad 25 veces inferior a la de Chira-Soria.

Islas con o sin embalses de agua

De hecho, en El Hierro ya existe la central de Gorona del Viento y, en este punto, el ITC valora que “podría bastar con fomentar el autoconsumo”. De hecho, es la isla que mayor cobertura de electricidad con renovable tuvo en 2020 (41,9%), según Red Eléctrica de España. Gran Canaria también permite el almacenamiento a gran escala al contar en su territorio con grandes embalses construidos como Chira y Soria. Sin embargo, la capacidad de almacenamiento de la central será de 3.200 MW/h y se estima que “para llegar a la situación más económica habría que contar con una capacidad de almacenamiento próxima a los 5.000 MW/h”. Pero para conseguir alcanzar ese objetivo, es preciso “invertir en otra central de semejantes características o ampliar la capacidad de Chira-Soria”. En este sentido, Piernavieja ha explicado en el Cabildo de Gran Canaria que se ha contemplado un salto de agua desde Soria a la presa de las Niñas, de manera que aprovecharía este tercer embalse situado a una altura inferior y que recibiría el agua de dos presas para lograr mayor capacidad de almacenamiento. Si bien, en el documento se refleja la dificultad para lograr este punto, por lo que recomienda avanzar en el almacenamiento distribuido en baterías conectadas a parques eólicos o plantas fotovoltaicas.

En Tenerife el escenario es diferente al no contar con embalses con capacidad para ser usados para el hidrobombeo. El ITC considera fundamental disponer de, al menos, una central de hidrobombeo de características semejantes a las previstas en Chira-Soria, dada la demanda eléctrica de la isla (sería necesario una capacidad de almacenamiento de 3.000 MW/h). Y aunque considera óptimo contar con dos, esto no sería posible antes de 2040, por lo que de forma alternativa se propone la producción de hidrógeno para alimentar a generadores convencionales, además de apostar por el almacenamiento a nivel de usuario en sistemas de autoconsumo y en almacenamiento distribuido en la red eléctrica. De forma similar, La Palma también precisaría de una central de hidrobombeo para alcanzar una capacidad de almacenamiento de 700 MW/h, pero necesita la construcción previa de un embalse cuya ubicación se propone “próximo a la costa norte de la isla” que conecte con la presa de La Laguna de Barlovento. Esta construcción, a su vez, debe ir aparejada del fomento de sistemas de autoconsumo y de distribución.

Pero no en todas las islas existe la posibilidad de construir una central hidroeléctrica. En Lanzarote y Fuerteventura el ITC recomienda apostar por el almacenamiento a través de baterías conectadas a parques eólicos o plantas fotovoltaicas y fomentar sistemas similares en edificios y viviendas. También aboga por el hidrógeno y, más a largo plazo, la interconexión del sistema eléctrico entre ambas islas con Gran Canaria. Precisamente esta medida se anunció entre Tenerife y La Gomera el pasado 26 de febrero, mediante una línea de transporte submarina de 36 kilómetros. En la isla colombina, el estudio realza la importancia de dicha acción y expone que existen las condiciones idóneas para instalar micro-redes con sistemas de almacenamiento distribuidos por comarcas en función de la demanda.

*Gráficos elaborados por Toni Ferrera.

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