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Casa África muestra el drama de las violaciones y agresiones en el Congo

Las fotógrafas Isabel Muñoz y Concha Casajús. EFE/Ángel Medina G.

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

El drama soterrado de innumerables mujeres y niños víctimas de brutales violaciones y agresiones que desde hace décadas se repiten en el Congo al amparo de las luchas por controlar sus recursos mineros se denuncia desde este martes con una exposición fotográfica instalada en Casa África.

Imágenes en blanco y negro y en color que, en gran formato en muchos casos, retratan las heridas, el llanto y la tristeza, pero también la entereza y el afán de sobreponerse a los horrores vividos de decenas de esas víctimas conforman esta exposición, fruto de una labor que desarrollaron conociendo su realidad sobre el terreno en aquel país las fotógrafas españolas Isabel Muñoz y Concha Casajús.

“Contar esa realidad tan espantosa, que va más allá de las violaciones más horribles que nos podamos imaginar”, para alentar la presión internacional “para que las cosas cambien” es, según Isabel Muñoz, el propósito del proyecto.

En palabras de Concha Casajús, el trabajo también ayudar a afrontar la “situación de guerra encubierta” que hay en el Congo, “donde hay cuatro ejércitos que luchan entre sí”.

Una guerra de la que son doblemente víctimas las mujeres y los niños, que sufren allí de forma cotidiana una violencia sexual y física que unas veces acaba en asesinato y otras muchas en secuelas graves que arrastran de por vida y cuyo conocimiento de primera mano les ha llevado a empeñarse en “hacer todo lo posible por conseguir que todo el mundo lo conozca, cuanta más gente mejor”, ha añadido.

“Sobre todo nos interesa que lo conozcan quienes quizá pueden intervenir desde los organismos internacionales”, ya que, aunque en varias ocasiones se han escenificado algunas acciones políticas o diplomáticas encaminadas a atajar la situación, en el Congo “las violaciones continúan y continúan”, ha dicho Concha Casajús, que cree “urgente” denunciar estos casos.

Sus inquietudes han sido compartidas por Isabel Muñoz, que ha afirmado que “poder dar voz a todas esas mujeres es una necesidad” para quien, como ellas, descubre de cerca su drama y adquiere la conciencia de que es preciso actuar para hacerle frente.

Porque “cuanto te hacen matar a tu hijo, cuando te hacen beber la sangre de tus seres queridos, ¿qué más puedes esperar?”, ha subrayado.

Y es que, como se muestra en un vídeo que complementa las fotos que conforman esta exposición, titulada Mujeres del Congo, las experiencias por las que han pasado esas víctimas van mucho más allá de la sola agresión sexual.

Para dejarlo patente, varias de ellas narran en el audiovisual lo que vivieron en primera persona, como en el caso de una esposa, hija y madre, refugiada con tres generaciones de su familia en el campo, que vivió el ataque de unos combatientes que obligaron a su padre a violarla antes de degollarlo a él y a su marido, forzarla a ella y a su madre y acabar destrozándole con un palo sus órganos genitales.

Todo ello para acabar siendo la única superviviente de una acción que finalizó cuando los asaltantes encerraron ante sus ojos a sus hijos en la casa de madera donde residían y le prendieron fuego para que les viera morir quemados.

Isabel Muñoz y Concha Casajús han querido, no obstante, mostrar también el carácter de “heroínas” de las afectadas, que, en no pocos casos, se han sobrepuesto a su dolor para sacar adelante a sus hijos, seis o siete de media, y generar economía en su país acogidas a microcréditos que les han permitido afrontar pequeños negocios.

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