Conocí a la poeta Elsa López en 2020, cuando tuve el placer de invitarla al coloquio de TVE Quien Educa a Quien que se emitía después de la serie de ficción Hit. El programa versaba sobre unos adolescentes problemáticos de una aulas periféricas que son redimidos por un profesor heterodoxo (Daniel Grao) recién llegado de EE.UU. Hugo Ibarra Tomás, nombre del que salen las iniciales (HIT) que juegan a su vez con el verbo inglés (“pegar”) viene algo “tocado” psicológicamente: su colegio norteamericano fue objeto de un tiroteo protagonizado por un alumno de los que tan asiduamente asoman a los telediarios de aquel país. Y el debate televisivo en España que me tocó coordinar como redactor jefe del programa pretendía abordar las relaciones prohibidas entre profesores y alumnos. Era un tema “tabú” por el que incluso esta transgresora serie pasaba de puntillas para no herir eso que se denomina tópicamente “la sensibilidad del espectador”.
Es cierto que cada vez más las series de TV, y sobre todo los plataformas independientes de pago, tienden a “herir” esa “sensibilidad” del insensible y pasivo televidente con agudeza e ingenio. Ahí está por ejemplo El método Kominsky que Michael Douglas y Alan Arkin llevan a la pantalla con otro profesor como protagonista, esta vez maestro de jóvenes actores, que el conocido productor y guionista Chuck Lorre afina con humor e inteligencia. En aquella ocasión, en el programa-tertulia estaba Francisco Moreno, que une a su faceta de director de la TV Canaria otra menos conocida como profesor universitario, y Elsa López, que también se prestaba a contar su experiencia como profesora.
La actual Premio Canarias 2022 es más conocida como escritora y poetisa pero como profesora contó algo que en su época, y aún en la de hoy, cuando había sido docente en el colegio Isabel La Católica de Madrid, pegado al Retiro, provocó el escándalo de la sociedad española: Elsa encontró el amor con un chico de 17 años, por lo tanto “menor de edad”. No es que ella fuera excesivamente madura, el puritanismo en esto es celoso fiscalizador de partidas de nacimiento y bautismo, pero no es menos verdad que su “caso” originó una sórdida y dañina controversia sobre las (prohibidas) relaciones sentimentales entre profesores y alumnos.
La regresión de las costumbres y el retroceso en las libertades individuales que ha experimentado la sociedad europea es en esta materia muy apreciable. Leía hace poco la memorable semblanza de Ramón Gómez de la Serna sobre Antonio Machado en su libro Retratos de España, donde aparece Benito Pérez Galdós y describe su primera llegada a Madrid cuando “de esa raza misteriosa, alta y sacerdotal que fue la primera moradora de las Islas Canarias, traía su majestad atlántica”, algo que la serie de TV de Luis Socorro va ahora a desentrañar para interés canario y del resto del globo. Era la oscura época galdosiana de corresponsal parlamentario. Ramón describe su muerte en 1920 a los 75 años, cuando Unamuno lo desacredita tras erigirse su célebre estatua en el Retiro porque “su obra solo se ocupa de la cuestión religiosa y de la maldita clase media, que ni es clase ni es media”. Y son en esos libertarios Retratos de Ramón donde conocemos a un Antonio Machado de carne y hueso, depresivo y solitario, profesor en Soria “donde se casa, ya bien talludo [34 años], con una niña de 14 años, provocando la rechifla del pueblo”. Y concluye: “esa niña es la gran pasión del poeta, la que reinará siempre en su corazón como un guardapelo de azabache”.
Elsa López también se casó con otro “niño”, este de 17 años, y aunque actualmente lleva más de 40 años matrimoniada con él, aquella situación daría también para otra serie de televisión, menos antropológica que la de los guanches pero también con más melodrama y menos humor que El método Kominsky. Oyendo la sensibilidad y sutileza con la que Elsa López se expresó en aquel programa y el pánico escénico con el que sorprendió aquel relato suyo de alma y ternura, queda clara aquella certera sentencia del escritor francés Michel Houellebecq: “Hoy, como ayer, el amor no puede declararse”. Bienvenido el Premio Canarias 2022 para Elsa López por poeta, por escritora, por profesora y mujer de Letras, pero también por haber escrito una de las más bellas y desconocidas páginas de la liberación contemporánea de la mujer no solo con palabras sino con hechos, aquellos por los que la lapidaron y que ella guarda en un secreto y escondido lugar de su generoso corazón.