El dibujante Francisco Ibáñez, creador de Mortadelo y Filemón, cree que el mundo del cómic va “derechito a la fosa” porque ha dejado de ser popular, con lo que en su opinión se ha “cortado y cercenado el primer escalón” que tenían los niños para iniciarse en la literatura.
Así lo manifestó el dibujante con motivo de su participación en la Feria del Libro de la capital tinerfeña, y en donde consideró que del tradicional tebeo “no es que quede poquito, es que no queda absolutamente nada. Se acabó todo”.
En opinión del dibujante, nacido en Barcelona en 1936, hace muchos años el cómic era popular y todos los quioscos estaban llenos de colecciones como “el capitán Tormenta, Relámpago o Trueno. Cualquier fenómeno atmosférico tenía su capitán, pero todo esto ha ido desapareciendo”.
Sólo perviven Mortadelo y Filemón y algún otro, como Superlópez y los refritos de Escobar, por lo que el cómic va “a un pozo sin fondo”, lamentó el dibujante.
Añade que en las ferias o los salones del cómic firma ejemplares a colas “espantosas y tremendas” de lectores, pero eso al día siguiente “no está en la calle”.
“El verdadero lector iba semana tras semana a comprar su colección y esto ha desaparecido completamente”, explica Ibáñez, quien atribuye esta situación a que los chicos antes no tenían ninguna distracción y ahora disponen “de 40.000 programas en la televisión, consolas, ordenadores y videojuegos”.
“Sabe mal que desaparezca una profesión a la que has dedicado toda la vida, pero hoy día con el ordenador el chico hace su propia historieta y ve al personaje moviéndose, no tiene que luchar con esos bichitos negros que son las letras”, precisa Ibáñez.
Sin embargo, apunta también que los chicos empezaban antes a leer libritos de aventuras de Guillermo el Travieso y tebeos para luego pasar a Emilio Salgari o Julio Verne “y podían llegar a Kafka”, así que augura que dentro de unos años será “dificilísimo” que continúe esta forma de iniciación a la lectura “y no sé qué va a pasar con la literatura”.
Opina también que el manga es “una moda”, pues cuando ha visto ejemplares “no puedo evitar ver en cada viñeta a Heidi o Marco”, mientras que en España hay dibujantes de cómic de tipo realista ante los que se descubre y cuyas imágenes podrían colgar “del Prado, la National Gallery o el Louvre”.
Ibáñez considera que el declive del cómic no afecta sólo a España sino también a países como Francia, que han sido la cuna de las historietas, y precisa que llega material del extranjero pero al día siguiente de las ferias no están en ninguna parte salvo en las librerías especializadas.
Apunta que se está rodando la segunda película de Mortadelo y Filemón, que confía que repita el éxito de la primera, y asegura que “una parte del fracaso” del cómic es que “hoy es impensable, inimaginable, que haya héroes cachas, con musculitos y una espada flamígera”. “Los héroes de hoy en día están cargados de espaldas, son calvos y miopes y trabajan en una oficina con un ordenador”, detalla.
De hecho, atribuye la supervivencia de Mortadelo y Filemón, que comenzó a publicar en 1958, a los cambios introducidos con personajes como el superintendente, Ofelia o el profesor Bacterio, y su relación con eventos de la época como las Olimpiadas, el Mundial de Fútbol, Maastricht, el carné por puntos o la prohibición de fumar.
Las próximas andanzas de Mortadelo y Filemón estarán dedicadas al Eurobasket, lo que “joroba bastante” a Ibáñez porque es un tema deportivo, y habrá también una edición por su 50 aniversario “y sus ataques de lumbago y ciática”.
Además el dibujante promete que en sus próximas aventuras sus personajes pasarán por Canarias, después de haber “corrido por toda España”, y en cuanto a si Ofelia conseguirá alguna vez el amor de Mortadelo, responde que eso sería “terminar la serie”.
“Es como si ahora le quitase la levita a Mortadelo y le pusiera una chupa y vaqueros. El personaje ya estaría muerto”, apunta Francisco Ibáñez.