La portada de mañana
Acceder
La guerra entre PSOE y PP bloquea el acuerdo entre el Gobierno y las comunidades
Un año en derrocar a Al Asad: el líder del asalto militar sirio detalla la operación
Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal

Guillermo Pérez Villalta, el arte “con consciencia”

MADRID, 16 (EUROPA PRESS)

Guillermo Pérez Villalta, ganador del premio Tomás Francisco Prieto de medallística en su edición de 2008, expone del 19 de noviembre al 10 de febrero en el Museo Casa de la Moneda un total de 118 obras reunidas en una muestra titulada 'Emblema: Arte, vida y símbolo en Guillermo Pérez Villalta'. La reina Sofía inaugurará el próximo miércoles la exposición del artista andaluz, después de entregar el premio Tomás Francisco Prieto 2009 a Eva Lootz.

Aguafuertes, litografías, serigrafías, puntas secas, esculturas e incluso un pañuelo de seda aparecen reunidas junto a pinturas y dibujos, además de libros, textiles y otros objetos se dividen entre los apartados 'Arte', 'Vida' y 'Símbolo'. “Es una exposición variada, no quería que fuera monótona, sino que hubiera un cierto divertimento visual”, explicó el artista. Las obras abarcan un período de 1972 a 2007, con trabajos como 'Los emblemas del amor' (1998),'Vísperas de Pascua' (1999-2000) o lo dibujos para el libro 'Faetón' (1985).

Siguiendo la tradición, la entrega del galardón coincide con la inauguración de una exposición del artista galardonado en la edición anterior. El premio Tomás Francisco Prieto se otorga anualmente a artistas españoles e iberoamericanos en reconocimiento a una trayectoria personal y artística y está dotado con 22.600 euros. Se completa con el diseño, por parte del galardonado, de una medalla que después acuña la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre-Real Casa de la Moneda.

Pérez Villalta diseñó la medalla 'Consciencia', que trae en una de sus caras el “lema” que el artista defiende en su obra: 'Soy el deseo de lo que deseo'. “Quería retratar la idea de consciencia como una etapa de evolución de la vida en general, no sólo de la vida del ser humano”, detalló el artista, añadiendo que la 'consciencia' es “necesaria para la ”persistencia de una obra“.

ESTÉTICO E INTELECTUAL

Teniendo como tema los emblemas (“mi obra tiene un alto porcentaje emblemático”), Pérez Villalta subrayó que el centro tanto de la muestra como de su obra es “no sólo crear un placer estético, sino también uno intelectual”, con “algo que pensar”. Admitiendo sufrir influencias del 'pop' y del 'kitsch', el artista declaró estar en un “terreno” entre el 'pop' (“le falta un poco de consciencia”) y el intelectual (“que me aburre un poco”).

Sobre su trabajo durante los años 1980, Pérez Villalta (Tarifa, 1948) declaró que lo “han metido en la 'Movida'”. “Yo ya era mayorcito, tengo 14 años más que Alaska. Pero siempre fui muy moderno y me encontraba más a gusto con un cierto tipo de gente que con mi generación o con la inmediatamente posterior, que era muy 'progre' y muy oscura”, reveló el artista de 61 años, añadiendo que su “etapa más floreciente” tuvo lugar entre el fin de los años 60 e inicio de los años 70.

Sin importarle que llamen a su trabajo “arte narrativa” (“el arte está hecho para que cuente cosas”), Pérez Villalta declaró que la exposición revela su “historia y motivación”, plasmadas en objetos pertenecientes en gran parte a su colección particular. “Un 15 por ciento es inédito, nunca se ha expuesto”, matizó el comisario Óscar Antonio Molina.

“ENDORFINA Y VASELINA”

Según Molina, la muestra no se trata sólo de un recorrido por la trayectoria gráfica de Pérez Villalta ni tampoco una simple ordenación cronológica o estilística de los trabajos seleccionados. Para dar cuenta de la versatilidad e interrelación entre los aspectos de la plástica del artista, el comisario propone un recorrido 'oblicuo' a través de su obra gráfica. El aparente “desorden” tiene como objetivo poner de manifiesto las distintas formas que el pensamiento de Pérez Villalta adopta a la hora de plasmar sus ideas, metáforas o símbolos.

El artista también recordó la influencia de la arquitectura en su trabajo, puesto que estudió diez años esta materia. “Pero la arquitectura es como la pintura para mí, un medio para expresar y contar cosas bellas. El arte es la endorfina y la vaselina que crea el propio hombre para poder resistir a la consciencia”, concluyó.