MADRID/TENERIFE, 18 (EUROPA PRESS)
Personalidades del mundo de la cultura, las ciencias, la política y sus vecinos de Tenerife, sus compatriotas portuguesas y también lectores anónimos por todo el planeta. Todos lloran la muerte del Premio Nobel de literatura José Saramago.
Uno de sus amigos íntimos, escritor y periodista Alberto Vázquez-Figueroa, aseguró que si Saramago lamentó dejar este mundo fue “puramente por Pilar” porque “se amaban como quinceañeros”. Según confesó “una de las cosas que más divertía” al Nobel de la Literatura “era que pinchara a Pilar [del Río]”, su mujer, y que con eso “se reía a carcajadas”.
“Una de las cosas que más le divertía era que yo pinchara a Pilar. La adoraba pero le tenía un cierto respeto y muchas veces no se atrevía, pero cuando yo me metía con ella, siempre en broma y de risas, él se reía mucho, a carcajadas. ¡Se descojonaba!”, recordaba Vázquez-Figueroa que si bien apuntó que su muerte era “una cosa que esperábamos”, en el fondo reconoció que también es algo que “cuando te coge parece que sea lo más inusitado del mundo”.
En esta misma línea se expresó el escritor y Premio Cervantes Juan Marsé que reconoció que recibió “con relativa sorpresa” la noticia de la muerte de Saramago porque “sabía que estaba mal”. “Hacía mucho tiempo que no le veía, como cuatro o cinco años, que fuimos a cenar juntos”, recordó.
Marsé señaló que les unían “bastantes ideas sobre la situación política y social”, según constató las veces que se encontraron y eligió de toda bibliografía escrita por Saramago 'El evangelio según Jesucristo', porque “la literatura es una cuestión de gustos”.
EL “ORGULLO” DE PORTUGAL
El primer ministro portugués, José Sócrates, también lamentó la desaparición de “uno de los grandes rostros de la cultura” de Portugal y un “orgullo” para todos los portugueses.
“Recibí la noticia de la muerte de José Saramago con mucho pesar”, señaló Sócrates a los periodistas, considerando su desaparición como “una pérdida para la cultura portuguesa” y expresando sus “condolencias”.
“Los portugueses aprecian mucho la obra y la carrera de José Saramago, que dejó una obra que enorgullece al país”, añadió. “Tengo la seguridad de que ese es el sentimiento de todos los portugueses en este momento”, afirmó.
El presidente del PP, Mariano Rajoy, envió un telegrama a la familia expresando sus condolencias en nombre de su partido por el fallecimiento del autor. “En nombre del Partido Popular y del mío propio, quiero transmitirle nuestro pesar por el fallecimiento de uno de los principales escritores de nuestra hermana lengua portuguesa. Amigo sentido de España, la calidad y hondura de su obra le han convertido en un autor de referencia en todo el mundo”, afirma el dirigente 'popular'.
Por su parte, el Cabildo de Tenerife también mostró su pesar por la muerte de Saramago, “uno de los grandes de la literatura universal que hizo de Canarias su hogar”. Saramago fue una persona al que las islas acogieron “como un canario más”, según apuntó el presidente Canario Paulino Rivero que destacó que su pérdida “significa una gran pérdida para el mundo de la cultura en el archipiélago y en el mundo”.
HEREDERO DEL IBERISMO
La directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, destacó que José Saramago “ha sido el más firme heredero de una larga tradición: el iberismo portugués”. “Pocos como él han amado y conocido tan profundamente nuestras dos culturas”, señaló la directora en un comunicado.
Según Caffarel, el Premio Nobel “fue un escritor arriesgado y sin concesiones, que supo mirar con su agudo sentido crítico muchas de nuestras llagas: la muerte, las guerras, los abusos del poder”.
Por último recordó que el Instituto Cervantes se ha honrado en repetidas ocasiones en contar con su presencia en diversos centros, y acogió en su sede central en Madrid la presentación en España de su célebre 'Las intermitencias de la muerte', “en un acto en el que mantuvimos por videoconferencia una apasionante charla con el autor ahora desaparecido”.
Por su parte, el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, recordó al escritor fallecido como un “mago de la palabra y un fabulador” que defendía “sinceramente” aquello en lo que creía. “Saramago contaba con un gran valor de sinceridad, propio de un hombre de campo hecho a sí mismo, que ha estado desde siempre comprometido”, sentenció.