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Skármeta: “El 15M celebra el poder de la imaginación y el espíritu cívico”

MADRID, 23 (EUROPA PRESS)

El movimiento espontáneo y “creativo” del 15M tiene para Antonio Skármeta una relación directa con su última novela, 'Los días del arcoíris', galardonada con el Premio Iberoamericano de Narrativa Planeta-Casa de América, ambos se apoyan en el poder de la imaginación para “provocar cambios sociales en coyunturas específicas”.

“El 15M celebra el poder de la imaginación y el espíritu cívico. Están ejerciendo una libertad crítica”, explica Skármeta, para quien las protestas de los jóvenes en la Puerta del Sol desmienten el “abulismo” o dejadez que se asocia a las nuevas generaciones.

Jóvenes que, en su opinión, buscan la “transparencia” política y económica y están planteando una nueva “agenda” a los partidos políticos y la necesidad de incluir a los ciudadanos en la vida democrática. “Y lo más importante de todo, lo están haciendo de manera pacífica”, subraya Skármeta y asegura que este movimiento genera “simpatía” y “agita conciencias”.

REFERÉNDUM POPULAR

Este movimiento popular pacífico entronca directamente con la lucha también pacífica que se plantea en su novela 'Los días del arcoirís', ambientada en el Santiago de Chile de los años 80, en el momento en el que se plantea un referéndum popular durante la dictadura de Pinochet para decidir si este político sigue como dictador en el poder hasta 1997.

El libro plantea la lucha por conseguir el 'NO' en las votaciones“ de la mano de dos líneas narrativas diferentes: la voz de un joven, Nico, cuyo padre ha sido detenido y Bettini, el padre de la novia de Nico, un publicista famoso, que fue detenido y torturado por el régimen, y que ahora tiene que orquestar una campaña publicitaria para defender el 'Sí' en el referéndum popular.

En sus páginas, Skármeta resalta el poder de los jóvenes estudiantes, denominados 'pingüinos' (en relación a su vestimenta) quienes, con “inocencia” e “inexperiencia”, lucharon y se “arriesgaron” por obtener mayores libertades. Para el autor, estos jóvenes consiguieron convertirse en una “fuerza” que logró levantar a una democracia “un poco dormida sobre sus laureles”.

En este sentido, Antonio Skármeta aclaraba, tras recibir el galardón en Santiago de Chile, que su obra va más allá de la experiencia chilena, ya que apuesta por la “fuerza de la imaginación para conseguir cambios en un mundo globalizado”. “La unión de los creadores y la gente puede provocar cambios fundamentales en la libertad y el pensamiento”, argumentaba este autor.

Por otra parte, indica que 'Los días del arcoirís' en una novela de dichos y quebrantos“, recordando la voz de la cantante chilena Violeta Parra para explicar cómo surgió la ”sonrisa“ de los ciudadanos al iniciar una senda ”pacífica“ tras las ”atrocidades“ de la Dictadura. ”Llegamos a una democracia como si fuera un bálsamo, pero llegar no significa el fin del camino“, advierte Skármeta.

CAMINO ZIGZAGUEANTE

En este sentido, el autor de 'El cartero (y Pablo Neruda)' asegura que Chile ha seguido un camino “zigzagueante” desde entonces ya que ha hecho justicia “en lo medida de lo posible” y algunos crímenes y criminales permanecen todavía impunes.

Esa necesidad de defender valores absolutos aparece también reflejada en su novela. “Lo que sucedió en Chile es que hubo justicia cuando se alejaba el peligro de un retroceso, a medida que se consolidaba la democracia”, alega Skármeta.

“Es un psicoanálisis de los chilenos y una novela de la reconciliación”. “Es una novela poderosa en su forma ingenua de presentar el Chile de la época”, explicaba en el escritor Alvaro Pombo, jurado del Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América.

Skármeta estudió Filosofía en la Universidad de Chile al tiempo que asistía a clases nocturnas de Teatro. Fue profesor de Axiología y Literatura en la Universidad de Chile, y dirigió el Centro de Arte Dramático del Instituto Pedagógico. Tras el golpe militar, emigró a Argentina, y un año después a Alemania, en donde entre otras actividades, fue profesor de Guión Cinematográfico en la Academia Alemana de Cine y Televisión de Berlín.

En 1989 regresó a Chile compaginando su labor literaria con la creación de guiones y dirección cinematográfica. Desde al año 2000 al 2003, fue embajador de Chile en Alemania. Entre otros premios, en el año 2003, obtuvo el Premio Planeta de novela.