VALENCIA, 24 (EUROPA PRESS)
El exmiembro de la comisión de control de la CAM Raúl Serrano ha asegurado este lunes no tenía conocimientos específicos para este cargo, ni tiempo suficiente para dedicarle, pero aceptó porque insistieron su director de caja y el de zona. Asimismo, ha indicado que los estatutos de la caja se los leyó pero “muy por encima”.
Serrano ha comparecido este lunes en la comisión de investigación de la CAM, que trata de aclarar el proceso que llevó a la intervención de la entidad alicantina por parte del Banco de España. En la comisión también ha intervenido esta mañana la exvocal de la caja Dolores Mataix.
Raúl Serrano, ilicitano, estuvo en la comisión de control desde febrero de 2010 hasta marzo de 2012, cuando presentó su dimisión por considerar que ya no debía estar en la caja, puesto que ya estaba bajo la tutela del Banco de España.
Según ha explicado, entró en la asamblea general de la caja por sorteo entre los clientes y aunque él explicó al director de su caja y el de zona que contaba con poco tiempo para dedicar a la asamblea, le dijeron que estuviera “tranquilo” porque “el tiempo era lo de menos”.
Sus superiores también le explicaron que iban a proponerlo para ser miembro de la comisión de control y aunque él dijo que “no estaba preparado” por no tener conocimientos para ello, le dijeron que querían tener “una visión de fuera, del mundo empresarial, que no era necesarios estudios de economista ni de derecho”. Así, ha comentado que, según le informaron, ya estaba “todo muy bien controlado” porque había “directores económicos, financiero*”. “Tanto insistir que al final acepté”, ha manifestado.
La diputada de Compromís Mireia Mollà ha destacado que Serrano tuvo “mucha suerte” por haber sido elegido por sorteo para entrar en asamblea de la caja, “similar a la de Carlos Fabra, que le toca la lotería cada dos por tres”. Asimismo, ha señalado que se debería llamar al notario del sorteo.
Preguntado por el diputado de EUPV Lluís Torró por si se alegró al entrar en la comisión de control, ha respondido que no supuso para él “ninguna alegría” y que implicaba “tener una responsabilidad”. Respecto al funcionamiento de este órgano, ha explicado que el director general informaba del contenido del consejo de administración que se reunía previamente y, a continuación, se producía “un debate” y se llegaba “más o menos a un consenso”.
Inquirido por los diputados sobre la lectura del informe de diciembre de 2010 del Banco de España en el que alertaba de la situación de la caja, Serrano ha señalado que no lo escuchó. Asimismo, ha indicado que los miembros de la comisión de control se reunían “muy pocas veces con los auditores y nos explicaban más partes comerciales que otra cosa”.
100.000 EUROS EN CUOTAS PARTICIPATIVAS
Por otra parte, ha explicado que se enteró de lo que se cobraba en la CAM “al tercer o cuarto mes” de estar en la comisión de control y ha asegurado que los 20.000 euros que cobró por dietas y “muchísimo más, unos 100.000 euros”, los invirtió en cuotas participativas.
Raúl Serrano, quien ha negado haber recibido “presiones” de ningún partido político, ha asegurado que no fue a ningún viaje pagado por la CAM y que para cualquier desplazamiento él ponía el coche y la gasolina. En otro orden de cosas, ha señalado que los Estatutos se los entregaron cuando ya era miembro de la comisión de control y que se los leyó “muy por encima”.
Tras Raúl Serrano ha intervenido Dolores Mataix, natural de Madrid y residente en Zaragoza, que cuenta con estudios universitarios en Informática y fue vocal en la comisión de control de la CAM desde febrero de 2010, elegida por sorteo. Según ha explicado, no era necesaria cualificación específica para acceder a este órgano.
Mataix ha destacado su “confianza” depositada en la gestión de la caja y que nunca tuvo “ninguna duda” de la situación de la CAM, teniendo en cuenta los diversos informes externos que se realizaban “sin salvedades” y los “reiterados” análisis de los estados financieros por parte de agentes externos en las fases previas al Sistema Institucional de Protección (SIP).
Del mismo modo, ha subrayado que desarrolló sus funciones en la caja “con lealtad, confidencialidad y con confianza plenamente en que la información traslada era veraz”. Mataix ha dicho que era y es cliente de la CAM, “entidad solvente, que al contrario que otras entidades intervenidas por el Banco de España, no había presentado pérdidas”.
Los diputados del PSPV y Compromís Ángel Luna y Mireia Mollà, respectivamente, se han referido a las dificultades de residir en Zaragoza y ser miembro del consejo de administración de la CAM, cuyas reuniones se suelen celebrar en Alicante. Mataix ha respondido que la caja también buscaba a personas de otras comunidades para el consejo de administración y para la comisión de control.
“NUNCA HABÍA OÍDO HABLAR DE UNA COMISIÓN DE CONTROL”
“Me animaron, me pareció una propuesta coherente y presenté mi candidatura a consejero general”, ha señalado la exvocal, quien ha destacado: “nunca había oído hablar de una comisión de control, pregunté las funciones y me dijeron que era una comisión que velaba porque los acuerdos del consejo de administración estuvieran sujetos a derecho”.
Dolores Mataix ha indicado que no tiene “conocimientos financieros a este nivel” pero aceptó ser vocal de la CAM porque le dijeron que “iba a estar asesorada” y porque “era la cuarta caja de España entonces”. Durante su cargo, “nunca vi ningún acuerdo que afectara la situación patrimonial de la caja o que fuera contrario a derecho, o por lo menos con mis conocimientos”, ha comentado.
El diputado del PP David Serra le ha preguntado si se ha beneficiado de la CAM a nivel personal o profesional en cuanto a créditos u otros productos, a lo que Mataix ha respondido que no cuenta con ningún préstamo ni nunca ha obtenido “ningún beneficio” de la caja.
Del mismo modo, ha subrayado: “yo no me he sentido tutelada nunca por nadie” y ha insistido en que en la comisión de control se expresaban “con absoluta libertad, hemos preguntado mucho”. Sin embargo, ha señalado que “en las actas no sale nada, pero parece ser que era porque nunca nadie dijo 'que conste en acta'”.