La joven que perdió a su padre en la huelga de controladores dice que los tuvieron como “animales enjaulados”

SAN SEBASTIÁN, 3 (EUROPA PRESS)

Alaitz San Sebastián, la joven cuyo padre murió en el aeropuerto de Barajas durante el cierre del espacio aéreo del pasado año, ha reclamado este sábado “justicia”, a la vez que ha recordado que a su progenitor y al resto de afectados “los tuvieron como animales enjaulados” ese día, del que hoy se cumple un año.

La joven donostiarra, que está pendiente de que se celebre un juicio por estos hechos, ha subrayado que quiere que “esta gente pague” por lo sucedido, aunque ha reconocido que cualquier compensación económica no le va a devolver a su padre“.

En declaraciones a Europa Press Televisión, ha insistido que lo que quiere es “justicia”. “Ellos lo hicieron y ellos tienen que pagar. Para mí, la vida de una persona no son ni 10.00 euros (cantidad que un bufete de abogados solicita por cada afectado que representa) ni 50.000 euros. La vida de una persona no tiene precio, y además de esa manera”. Lo que ha denunciado es que “los tuvieron como animales enjaulados en Barajas. Ahí, todos 'metiditos' sin saber nada”. También ha destaco la falta de información, “somos personas, tenemos derecho a información, derecho a saber y esta gente trató a las personas que había allí como animales”, ha sentenciado.

Su padre, Manuel María San Sebastián, viudo de 57 años, volvía de un viaje de vacaciones de Cuba cuando le sorprendió la huelga en Barajas, por lo que no pudo coger un vuelo de regreso para San Sebastián. Tras un primer intercambio de llamadas, fue su hija Alaitz la que le volvió a llamar al móvil. Sin embargo, al otro lado del teléfono le contestó un guardia civil, que le comunicó que padre había fallecido en un lavabo.

Alaitz San Sebastián niega que su padre estuviera siendo tratado del corazón, aunque reconoce que ambos se ponían nerviosos “en sitios cerrados”.

“Siendo yo pequeña solíamos ir al Corte Inglés de Bilbao con mi madre, y mi padre y yo terminábamos fuera mientras mi madre hacía las compras”, ha comentado. Alaitz ha aclarado que se agobiaban “muchísimo en sitios cerrados con muchísima gente”. De hecho, ha comentado que al igual que su padre, se pone muy nerviosa en Barajas teniendo “el vuelo sin problemas”, así que “podéis imaginar en una desinformación, que no sabes cuándo vas a viajar, no sabes cuando vas a ver a tus familiares, no sabes qué pasa”, ha sentenciado. “Al final, los nerviosos son los nervios, y el corazón es lo que tiene”, ha lamentado.

A la joven no se le quita de la cabeza que el desconcierto que se experimentó en Barajas por la huelga de controladores, “ayudó mucho” en el estrés que tuvo su padre, previo al ataque de corazón. “Ayudó mucho a aumentar el estrés creado por la incertidumbre de no saber cuándo vas a coger el avión, si vas a coger el avión, el no saber lo que está pasando, tenerte allí encerrado como un animal, es que no sabía nada”, ha puntualizado.

Así las cosas, Alaitz se sigue preguntando si a su padre le hubieran trasladado del aeropuerto de Barajas a otro lugar hasta poder coger un vuelo hacia San Sebastián, si no hubiera muerto.

“Me queda la duda, no lo sé. Yo no soy vidente, pero siempre te queda la duda” de qué hubiera pasado si “hubiera llegado a casa a su hora, igual el día tres era su día pero habría sido muy diferente” ha lamentado. Yo creo que todos “nos merecemos una muerte digna, todos nos merecemos no irte a un baño a refrescarte, y que te dé algo”, ha agregado.

A estas alturas, Alaitz ha criticado que todavía no se ha puesto nadie en contacto con ella, ni los sindicatos de los controladores aéreos ni Aena, a los que reprocha su falta de tacto y desinformación. Por ello, no renuncia a ir a juicio “y que paguen”.