La anunciada recuperación del plátano sigue en veremos: las cotizaciones de enero tampoco cubren costes

La espera ya se hace larga, por no decir larguísima, o es sencillamente extenuante para los productores canarios de plátanos, que, una vez más (están así prácticamente desde hace dos años -2023 y 2024-, con contadísimas excepciones), sufren en sus propias carnes que las proclamas optimistas de la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan) acerca del cambio de tendencia en las cotizaciones de la fruta isleña en la Península no terminan de consolidarse, de llegar o aterrizar, de hacerse realidad.
Este mes de enero, el primero de 2025 (el año supuestamente del cambio), se puede decir que incide en el mismo calvario; esto es, la imposibilidad, salvo para unos tres meses del año pasado, de que los agricultores canarios puedan cubrir costes de producción agrícolas o estar muy cerca de hacerlo, siempre antes del abono de la ayuda de la Unión Europea (UE) integrada en el programa Posei (0,33 euros por kilo al año para 420 millones de kilos de fruta comercializada), con las liquidaciones finales que reciben de sus cooperativas u otras entidades comercializadoras, lo que concede o da el mercado puro y duro y luego llega a las cuentas bancarias de los titulares de las explotaciones.
Según los datos oficiales servidos de forma puntual y por semana por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), tras la debacle de precios de la fruta sobre todo a partir de julio pasado (se venía de unos pocos meses buenos), todo sigue más o menos igual o con cambios nada determinantes. Eso sí, hubo un pequeño incremento del precio abonado en origen, el que se proyecta y luego recibe el cosechero de las islas, con cinco céntimos más por kilo, pero las medias, pese a ese pequeño empujón, estuvieron en 0,48 euros por kilo la segunda semana de enero pasado; 0,53, la tercera, y vuelta atrás en la cuarta, con 0,52. En relación con los valores de diciembre y meses precedentes a ese, el segundo mal año encadenado, el de 2024, se aprecia una ligera recuperación que, en términos medios, puede rondar los 15 céntimos por kilo, en el buen camino pero tremendamente lejos de los niveles que hay que superar para no entrar en pérdidas, por encima de los 0,70-0,80 euros por kilo.
Es verdad que esas cotizaciones de enero pasado, algo mejores que los promedios de meses precedentes, siguen siendo ridículas si a lo que aspira el plátano canario es a cubrir costes de producción a través del mercado; es decir, con el precio de venta en primera transacción y en verde en la Península (tras descontar, claro, los gastos de comercialización y otros), casi su único mercado en la UE. Esto es algo que, al menos según las liquidaciones promedios servidas por distintas entidades expedidoras de fruta desde las islas y esas variables publicadas por el propio MAPA, lleva mucho tiempo sin conseguirse: en 2023, nada de nada, un año muy malo, para borrar del mapa, y en 2024, también malo, casi lo mismo, salvo para tres meses que fueron la excepción que confirma la regla. Solo hubo un oasis de precios en la primavera del ejercicio pasado.
Las cotizaciones que se siguen dando para la fruta canaria en la Península, donde este alimento perecedero compite con la banana (la fruta importada desde terceros países ya controla prácticamente la mitad del mercado), no son suficientes para que el agricultor isleño, siempre en términos medios, deje de perder dinero, y solo en algunos casos puede obtener un rendimiento por la actividad agrícola, eminentemente exportadora, si, obteniendo liquidaciones cercanas a 0,70-0,80 euros por kilo de la venta o el mercado, se le suma la ayuda directa de la UE, la del Posei, que en 2024 será de unos 0,31 euros por kilo (hay de nuevo prorrateo por haberse superado los 420 millones de kilos comercializados al año).
Sin el cobro de ese subsidio, pocos le ganan dinero al plátano hoy en Canarias, y ya son muchos meses con esa lacra, que tiene y mayor incidencia en las explotaciones tradicionales, las pequeñas o medianas que suelen estar ubicadas en zonas con peor rendimiento y más costes de producción.
Ante este dilema, ya larvado, Canarias espera que la Consejería de Agricultura eleve al Consejo de Gobierno y este apruebe el nuevo decreto que regulará el reparto de la ayuda total de 141,1 millones de euros al año incluida en el programa Posei y financiada en su totalidad por la UE, a lo que el consejero Narvay Quintero ya le ha puesto fecha: finales de febrero o inicios de marzo del año en curso. La Consejería lleva más de un año con este proceso (y cuenta con el máximo apoyo político en el Parlamento de Canarias y uno muy amplio dentro del sector agrícola local), contado desde que se decidió a adoptar medidas administrativas (aún sin llevar al BOC) para controlar la oferta de plátano en las islas y contribuir así a un mejor comportamiento de los precios, una cuestión explicitada con meridiana claridad por Quintero en diciembre de 2023, entonces en lo más hondo de la potente crisis de precios y de sobreoferta de plátano de 2024, con nada menos que 467 millones de kilos comercializados, cifra récord histórico en el archipiélago.
Los primeros avances sobre cómo fue la campaña de 2024
Canarias, según los primeros avances institucionales de datos relacionados con la producción comercializada de plátano en 2024, envió a la Península y otros mercados internacionales, entre ellos el de Marruecos (mercado solo de desahogo de oferta), unos 375 millones de kilos, lo que supone en torno a 21 millones menos que el total del año 2023, cuando esta cifra, ahora sí oficial, alcanzó los 396 millones de kilos.
A esa partida total de salida de fruta desde las islas, con la principal cantidad a casi el único mercado del plátano en el exterior, el del resto de España, hay que añadir la oferta que se comercializó en el mercado interior, en el archipiélago canario, cifra que se avanza en unos 38 millones de kilos, por los 44 millones registrados en 2023. También en este segmento se aprecia una reducción considerable, como además ocurre con la pica final (la inutilización de fruta o retirada del mercado), que se apunta estará en torno a los 10 millones de kilos reales; o sea, menos de la mitad del umbral existente en 2023, en 26,5 millones, una cifra elevadísima y la segunda marca histórica mayor para el plátano de Canarias.
Con todas estas aportaciones, se tiene que el volumen total comercializado, que siempre incluye los kilos de la pica, se hallará en 2024 (aún se está pendiente del registro oficial) entre los 420 y los 425 millones de kilos, mucho menos que el dato oficial de 2023, en 467 millones de kilos (récord histórico para el plátano en las islas), y unos 40 millones más que lo adelantado para 2024. En ese más bajo nivel de producción comercializada, si se confirma la variable, tiene mucho que ver la pérdida de fruta por el temporal de viento de diciembre pasado.
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