Nuevos tiempos para el Parque Nacional de Garajonay. Datos como que las 120.000 personas que visitan cada año el Centro de Interpretación lo convierten en el más concurrido de Canarias, que se garanticen fondos para su recuperación o se introduzca el cobro por determinados servicios como las visitas guiadas, cuyos beneficios revertirán en el espacio natural, así lo apuntan. Y es que los parques nacionales se han convertido en elementos de suma importancia para los afortunados lugares en los que están enclavados. No sólo para La Gomera, sino para cada una de las Islas que tienen la suerte de contar con territorios que ostentan el nivel máximo de protección medioambiental.
El presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo Curbelo, resaltó las ventajas de que sean lugares donde se concentra la biodiversidad y unos valores naturales excepcionales. Lo que a su vez trae como consecuencia directa que funcionen como polos de atracción para los visitantes. En el caso de La Gomera es la Carta Europea de Turismo Sostenible la que marca la pauta y sirve como toda una declaración de intenciones. Pero además, están los recursos naturales, como por ejemplo la lluvia horizontal del Garajonay que recarga los acuíferos y por lo tanto es la fuente de la vida de la Isla.
El próximo año se dará un paso importante cuando cada cabildo asuma las riendas de sus respectivos parques, tal y como ha hecho ya Tenerife. Al respecto, el también diputado regional por la Agrupación Socialista Gomera (ASG), señala que no habrá una merma de recursos ni en los servicios ni en las infraestructuras tanto para el próximo ejercicio como para los siguientes y que la ejecución de planes de conservación y prestaciones está garantizada.
Durante las últimas fechas ha vuelto a saltar a la actualidad la continuidad del conocido como plan de regeneración, un proyecto cuyos resultados sólo pueden ser calificados de muy positivos a lo largo de las tres décadas de desarrollo. Curbelo presentó en su momento una pregunta en el Parlamento interesándose por la continuidad de estas acciones y la respuesta es que está garantizada a largo plazo.
Aunque hubo trabajos previos, el origen de este plan se sitúa en 1986, tan sólo dos años después de que este privilegiado espacio de la naturaleza de la Isla recibiera el título de Parque Nacional. La iniciativa se dirigió en principio a la recuperación de la vegetación original de unas 500 hectáreas degradadas del sur del Parque cubierta de matorrales y pinares. El programa supuso un éxito pese a las dificultades a las que se enfrentó como, por ejemplo, la imposibilidad de utilizar maquinaria o la necesidad de actuar con rapidez para que no desapareciera esta vegetación nativa, una amenaza que era cierta en aquellos momentos.
En el año 2012 cuando tuvo lugar el incendio que entró en parte del Parque, el programa se encontraba prácticamente concluido y se habían logrado acondicionar este enclave para el bosque de laurisilva. A partir de entonces tomó un nuevo rumbo y se encaminó a paliar los efectos del fuego. En estos años se han invertido alrededor de cinco millones de euros y contratado a una importante plantilla de trabajadores. Por ejemplo, la empresa pública Tragsa cuenta con 40 operarios fijos en el Garajonay. Básicamente las labores del programa han consistido en el corte del arbolado afectado como pinos o los que habían caído en las pistas, acondicionamiento de senderos y mantenimiento y apertura de fajas cortafuegos o desbroces, entre otros.
Un lugar importante, sin duda, lo ocupa todo lo referente a la plantación. Pues bien en estos años se han conseguido sembrar 15.000 ejemplares de hayas, laureles, viñatigos, sanguinos y cedros en 2014 y alrededor de 16.500 en 2015. Tareas para las que tan sólo en 2015 se emplearon a cerca de un centenar de personas que actuaron sobre las 800 hectáreas afectadas. En el vivero situado en El Cedro, sólo en 2014 se lograron obtener 24.000 ejemplares. El proyecto ha tenido sin duda su vertiente científica. Así en colaboración con el Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de La Laguna, se instaló una red de parcelas permanentes para el seguimiento en los diferentes tipos de vegetación.
Programa Life
De forma paralela desde hace un año se lleva a cabo el programa Life + Garajonay Vive impulsado por el Cabildo, Gobierno de Canarias, Parque Nacional, ayuntamientos de Valle Gran Rey y Vallehermoso, Tragsa y la Universidad de La Laguna. La iniciativa cuenta con un presupuesto de 1,5 millones, financiado en un 50% por la Unión Europea (UE) y un plazo que finaliza en el año 2018.
Ya han sido numerosas las acciones que se han llevado a cabo y que tienen como principal objetivo, entre otros, garantizar la conservación de la laurisilva, auténtica joya natural del Parque. Durante el primer año de ejecución se han realizado diversas acciones preparatorias que estaban encaminadas a obtener conocimiento del territorio en el que se va a actuar a lo largo de los próximos años. En este tiempo se llevarán a cabo, o ya lo están haciendo, acciones como plantaciones, control de especies invasoras tanto animales como vegetales, talleres, seminarios, estudios hídricos, de las vegetaciones, sobre el origen de las lluvias, reintroducción de especies desaparecidas, planes de defensa, elaboración de documentales o exposiciones.
Con el fin de determinar la evolución de la vegetación, se realizó un estudio mediante sensores remotos que ha permitido conocer la situación de la masa forestal desde hace unos años hasta la actualidad. Varios profesores de la Universidad de La Laguna trabajan en la evaluación de las principales características físicas, químicas y biológicas del suelo del Parque. El fin es adquirir el conocimiento necesario sobre su estado en los ecosistemas que servirán de base previa para las acciones de recuperación y conservación de la vegetación. Asimismo, profesores de la ULL trabajan en el diseño de estrategias de prevención social para tratar de mejorar el conocimiento de la percepción que posee la sociedad gomera del Parque Nacional.