El Gobierno de Canarias quiere que las centrales térmicas de las Islas funcionen con hidrógeno verde. Aunque no tiene competencias para regular estos sistemas, el viceconsejero de Lucha contra el Cambio Climático y Transición Ecológica, Miguel Ángel Pérez, dice que han solicitado al Estado “un nuevo concurso de generación convencional en el Archipiélago que tenga el elemento del hidrógeno en cuenta”. Ya Endesa, que monopoliza las nueve centrales térmicas que existen en las Islas destinadas a generar electricidad, ha solicitado el desmantelamiento de grupos obsoletos que han superado su vida útil; en concreto, en la central de Jinámar (Gran Canaria) y en las instalaciones de Candelaria (Tenerife). Pero la Dirección General de Energía denegó la petición al considerar que se pondría en riesgo la seguridad del suministro, basándose en un informe de Red Eléctrica de España.
“Las centrales de ciclo combinado (concebidas para usar como energía primaria el gas natural, pero también puede emplear derivados del petróleo) deben desaparecer”, señala Pérez. Pero dado que el hidrógeno aún es un tipo de energía en fase de desarrollo, las centrales tendrán que contar con otra fuente de generación. “El gas natural licuado es el vector hasta que el hidrógeno sea capaz al 100% de ser el combustible que se utilice. Queremos que ambos sean los vectores de la generación energética en Canarias en los próximos diez años”, añade.
Pérez aclara que el Gobierno de Canarias es favorable al uso del gas “como elemento de transición para la generación en centrales y para bunkering, es decir, para el suministro de gas a barcos, porque en 2025 entra en vigor la directiva sobre la bunquerización de los puertos de la UE”. Pero no comparte la decisión de la Comisión Europea, que etiquetó como verdes las inversiones en gas y en energía nuclear. “Yo entiendo que la nuclear y el gas, con los proveedores energéticos que tiene la UE, sean consideradas verdes, pero no lo comparto y sigo creyendo que es posible una descarbonización con otros recursos menos contaminantes”, como el hidrógeno.
Ya existen ejemplos en España, como la planta de hidrógeno verde en Lloseta (Baleares), donde en diciembre del año pasado se generaron las primeras moléculas de este elemento en el marco de un proyecto pionero en el territorio nacional. Liderado por Acciona Energía y Enagás, tiene capacidad para generar 300 toneladas de hidrógeno producido por plantas fotovoltaicas y permitirá reducir hasta 20.700 toneladas al año de dióxido de carbono. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, alabó el “gran ejemplo” que suponía esta instalación para los estados miembros. También se prevé la reconversión de centrales térmicas. En Andalucía, Energías de Portugal tiene proyectado cambiar el carbón que emplea como combustible la instalación de Los Barrios (Cádiz) por hidrógeno con fuentes de energías renovables, con una inversión de más de 550 millones de euros.
Y Endesa ya ha mostrado su intención de reducir las emisiones descartando el gas. Para 2027 prevé abandonar la generación de carbón y para 2040, la del gas. La compañía informó que ya ha presentado al Ministerio de Transición Ecológica su intención de desarrollar hasta 23 proyectos de hidrógeno renovable, para los que tiene previstos invertir casi 3.000 millones de euros. Para los territorios extrapeninsulares, contempla destinar 900 millones con el objetivo de producir hidrógeno verde en centrales térmicas, como la del Barranco de Tirajana (Gran Canaria) y la de Granadilla (Tenerife), o el paso de plantas operativas a bi-combustible, es decir, de usar el fuel-oil para generar electricidad a la combinación entre gas natural e hidrógeno.
Al respecto, Endesa ha solicitado al Gobierno de España que ponga en marcha el concurso para desbloquear las inversiones en las centrales térmicas de Canarias para garantizar el suministro durante el proceso de transición energética, ya que, como explicó el consejero delegado de la compañía, José Bogas, la transformación de los combustibles debe ir acompañada por una actualización de las instalaciones.
Y el Gobierno de España aprobó en 2020 la denominada ‘Hoja de Ruta del Hidrógeno’, que contempla inversiones de 8.900 millones de euros para el desarrollo de este vector energético. El Ministerio de Transición Ecológica destacó que España cuenta con la capacidad de “crear un proyecto país alrededor del hidrógeno renovable, que impulse la industria nacional, el conocimiento tecnológico y la creación de empleo”, contribuyendo a lograr un sistema 100% renovable en 2050. En un sentido más amplio, en diciembre de 2021, el Consejo de Ministros aprobó el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (ERHA), que pretende movilizar 16.300 millones de euros.
El hidrógeno es un elemento químico que se emplea en el sector energético desde los años 40 del siglo XX. Se ha utilizado para producir gas natural o combustibles fósiles. Pero emite dióxido de carbono. La necesidad de adaptación al cambio climático ha desarrollado su uso verde o renovable, es decir, producir energía con la eólica o fotovoltaica para desarrollar la electrósis (romper la molécula del agua). Así, permite almacenar combustible que es posible liberar de forma gradual, lo que facilita borrar las limitaciones de las fuentes limpias. La Unión Europea ha calculado que el hidrógeno renovable puede satisfacer una cuarta parte de la demanda mundial de energía en 2050, frente a su prácticamente nula aportación actual.
Radiografía del sector energético en Canarias
El escenario actual en Canarias está muy alejado del planteado por la Unión Europea, que ha establecido como objetivos recortar entre un 50 y 55% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 y lograr el cero en 2050. “Es un objetivo muy ambicioso”, reconoce el viceconsejero de Lucha contra el Cambio Climático y Transición Ecológica, pero “o nos descarbonizamos pronto o el cambio climático nos va a golpear mucho más duro”.
El anuario energético de 2020, presentado en enero de este año, refleja que el 83,5% de la demanda eléctrica (que ascendió a 7.945 GWh) fue producida por las centrales térmicas, a través de la quema de gasóleo (50,6%), fuel-oil (48%) y el 1,5% de diésel. Y estas plantas emitieron 5.428,47 toneladas de CO2 equivalente de gases de efecto invernadero (Gg CO2-eq) en 2019, pues el documento ofrece este dato del año anterior al analizado. Esto supone el 41,6% del total emitido en las islas ese año, que asciende a 13.037,8 Gg CO2-eq, lo que supone un aumento del 50% respecto al año 1990 y el 3% del total nacional en la actualidad.
Las renovables se quedaron en un 16,5% del total de la cobertura de la demanda de energía eléctrica, principalmente de eólica, con 504 parques instalados, seguido de la fotovoltaica, además de aportaciones mínimas de la minihidráulica, hidroeólica o biomasa. En 2020 incluso se produjo un retroceso del 3,4% en la producción de energías limpias respecto a 2019 porque “las renovables no solo dependen de la climatología”, dice Pérez, “también de la que el operador del sistema elija para el abastecimiento; la solar y la eólica no siempre son estables y, en ocasiones, es preferible tirar de centrales térmicas”. Además, el coronavirus también “fue complejo para la instalación de renovables”.
En cambio, destaca que sí ha aumentado en un 9,7% la instalación de infraestructuras de generación de energía limpia durante 2020, lo que implica que “habrá un repunte en 2021 y 2022”; de hecho, remarca que el dato al cierre del año pasado fue de un “20% de cobertura de la demanda eléctrica con renovables”. El objetivo del actual Gobierno de Canarias, añade Pérez, es alcanzar “un 25% de penetración de fuentes limpias”, recordando que cuando comenzó la legislatura estaba al 16%. En este punto, recuerda la dificultad añadida que tiene un territorio formado por islas: “Cada una es un mundo distinto, se deben gestionar de forma diferente y esto dificulta mucho más la penetración de renovables en comparación a un área continental porque, por ejemplo, una hidroeléctrica en el Tajo le puede da luz a Asturias”.
Otro de los sectores que más contribuyó a las emisiones de gases de efecto invernadero en Canarias fue el transporte, con el 42% del total. Ese año, se registraron un total de 3.806 vehículos eléctricos en circulación en Canarias, lo que supuso un incremento de casi el 50% respecto al año 2019, pero en conjunto tan solo representa el 0,6% de 1.745.773 existentes en Canarias. “Si se realiza una comparación con el resto de autonomías, Canarias es la que mayor porcentaje de vehículos de gasolina tiene respecto al total del parque de vehículos”, expone el Anuario. El objetivo marcado por una hoja de ruta elaborada por el Instituto Tecnológico de Canarias es alcanzar 1.588.399 vehículos eléctricos en 2040.