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''Falta madurez y sobran vendedores de humo en el emprendimiento''

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

¿Cómo surge la idea que han convertido en su empresa?

La idea surgió de la necesidad de una empresa. Una empresa que se puso en contacto con nosotros porque necesitaba añadir videoconferencia tanto a su página web como a su aplicación móvil. Nosotros habíamos desarrollado un pequeño boceto de aplicación que ofrecía videoconferencia y decidimos aprovechar la tecnología que ya teníamos desarrollada para convertirla en algo que se pudiera ofrecer a las empresas.

Vimos que había mercado y múltiples sectores en los que una solución convencional como Skype o Hangouts no era suficiente, así que nos pusimos manos a la obra y tras meses de trabajo obtuvimos un producto que ofrecía a las empresas videoconferencia y servicios para compartir contenido audiovisual en tiempo real en sus plataformas o páginas web.

¿Cómo fue el proceso de gestación de la empresa?

Tras unos 8 meses de desarrollo, el momento propicio para constituir la empresa llegó cuando teníamos el producto listo para vender. Fue un proceso que sin ser excesivamente complicado, sí es cierto que en primera instancia resulta algo confuso. Sobre todo si es la primera vez.

Nosotros nos lo tomamos como un trámite obligatorio y necesario para seguir desarrollando el negocio y, como todo trámite, una vez pasa no consideras la experiencia tan mala.

¿Cómo definirían Ismuser? ¿A quién está dirigido y qué innovación introduce, en qué se diferencia de otros proyectos similares?

Ismuser trata de cubrir esa necesidad latente que tienen algunas empresas a la hora de comunicarse. Es un producto claramente enfocado al mercado empresarial y que ofrece videoconferencia y servicios para compartir contenido audiovisual directamente desde los productos de la propia empresa, haciendo que no tenga que derivar a sus propios clientes a plataformas o aplicaciones de terceros y por lo tanto perjudicando su experiencia de usuario.

Nuestra gran propuesta de valor es el hecho de que Ismuser puede ser integrado en cualquier tipo de página web o aplicación móvil, facilitando así a las empresas tener una tecnología hasta el momento bastante desaprovechada y con un gran potencial para los negocios.

Actualmente, la gran mayoría de proyectos relacionados con la videoconferencia pasan por aplicaciones o plataformas que te permiten entablar una conversación casual, con más o menos características, en más o menos soportes. Pero no es suficiente en determinados sectores como la telemedicina, e-learning, recursos humanos, consultoría, centros de soporte o atención al cliente, donde se necesita algo adaptable y totalmente integrado con el servicio que se intenta proporcionar.

¿Cuáles son los retos que se han marcado para los próximos años?

En principio nuestro mayor reto y principal objetivo es hacer el negocio sostenible. Hemos diseñado una hoja de ruta con diferentes objetivos para cumplir en lo que queda de año y otra más general para los venideros en los que no descartamos intentar buscar financiación privada para hacer crecer aún más el negocio.

Desde un primer momento hemos querido tener un enfoque claramente internacional y aprovechar todas aquellas ventajas que tienen las empresas basadas en servicios digitales. Las fronteras se difuminan y ya no tiene sentido apuntar solo al mercado local. Por lo tanto, otro de nuestros retos es llegar también a empresas extranjeras y que éstas entiendan el por qué Ismuser puede mejorar su negocio y la relación con sus clientes.

¿Cómo ven el panorama del emprendedor en España?

En crecimiento. Es innegable que cada vez hay más proyectos, más ideas y más iniciativas (tanto privadas como públicas) para mejorar y expandir lo que hasta ahora ha sido una pequeña comunidad con poca repercusión. Eso es bueno y nos beneficia a todos. No solo en el ámbito económico, sino también en el educacional, creando una

cultura del esfuerzo e incentivando que la gente innove y dé rienda suelta a su imaginación.

Ahora bien, falta madurez y sobran vendedores de humo. Es raro el mes en el que no se pueda leer en cualquier periódico que ésta o aquella región será la próxima Silicon Valley por abrir un coworking o un centro de investigación. Eso es engañar y crear falsas expectativas. En España funcionamos por modas y ahora mismo ser emprendedor o alguien que merodea a su alrededor vende.

Hemos llegado a un punto absurdo en el que prácticamente hay más aceleradoras, incubadoras o coworkings que proyectos viables. Un punto en el que hay mucha más financiación disponible (otra vez, tanto privada como pública) que proyectos con una mínima tracción en la que invertir. Un punto en la que se anima a cualquiera a emprender

sin explicarle previamente que es algo duro y con una probabilidad altísima de fracaso.

Silicon Valley tardó muchos años y muchos millones en ser lo que es, y eso teniendo en cuenta que detrás del telón no es oro todo lo que reluce.

¿Consideran que las administraciones públicas dan las suficientes facilidades para emprender?

Todo es mejorable, y esto no iba a ser la excepción. Aunque con el tiempo ha ido mejorando, los trámites y la burocracia en general siguen siendo terribles. Mientras en otros países el proceso de constitución de una empresa es una tarea radicalmente más sencilla y rápida, en España seguimos cargando al emprendedor con una cantidad ingente de trabajo que le aparta de su cometido principal, que es evolucionar y mejorar su negocio.

Por otra parte, es importante remarcar también que además del tiempo, una parte esencial a la hora de desarrollar un negocio suele ser la inversión. Y en este ámbito, en mi opinión creo que lo están haciendo bien. Hay bastantes iniciativas públicas para proveer de financiación a emprendedores con condiciones más que aceptables, como por ejemplo los fondos ENISA a nivel nacional.

¿Emprendedores por vocación o por necesidad?

Por vocación. Desde un primer momento tuvimos claro que nuestra carrera (en el equipo promotor somos todos Ingenieros Informáticos) nos proporcionaba un contexto ideal para emprender e innovar sin atarte a nadie. No necesitábamos más que un ordenador y tiempo para poner a rodar una idea. Conseguir que la idea triunfase ya era otra historia, pero el núcleo, las ganas y el conocimiento técnico lo teníamos.

¿Están de acuerdo con la afirmación tiempo de crisis, tiempo de oportunidades?tiempo de crisis, tiempo de oportunidades

Cualquier época es buena para emprender. En principio, y frivolizando un poco, todo se reduce a encontrar la solución de un problema dado que sufra un conjunto de individuos.

Y si hay algo que sobre en este mundo sea el tiempo que sea, son problemas. Pero tampoco vamos a negar que el hambre agudiza el ingenio y que, por lo tanto, los tiempos de crisis son trampolines para poner en órbita nuevas ideas o alternativas a las ya dadas.