El Consejo de Gobierno de Canarias ha aprobado el anteproyecto de reforma de la Ley de Renovación y Modernización Turística, por el que se podrán construir nuevos hoteles aunque no sean de cinco estrellas siempre que respondan a parámetros de calidad de excelencia en el servicio y de ecoeficiencia.
La reforma se tramitará por el procedimiento de urgencia, de manera que ahora el Consejo Consultivo tiene quince días para emitir un informe, tras lo cual el proyecto se remitirá al Parlamento, que podría aprobarlo en lectura única, dijo el consejero de Política Territorial, Domingo Berriel.
La Ley de Renovación y Modernización Turística, aprobada en 2013, sólo permitía nuevas instalaciones hoteleras de cinco estrellas, mientras que en categorías inferiores las camas nuevas debían proceder de la rehabilitación o modernización de otras instalaciones.
Pero el sector turístico de Gran Canaria venía demandando que se flexibilizara el criterio de nuevos hoteles a las instalaciones de cuatro estrellas, lo cual ha asumido el Gobierno de Canarias tras realizarse en octubre pasado una evaluación del primer año de aplicación de la ley.
Domingo Berriel ha indicado que la norma mantiene los objetivos de rehabilitación y modernización de la planta alojativa, si bien ha ampliado las excepciones para nuevos hoteles, que ya no deberán ser necesariamente de cinco estrellas, sino también de categorías inferiores si cumplen los criterios de calidad y ecoeficiencia que se establecerán en un reglamento posterior.
En tanto se aprueba ese reglamento con los criterios precisos de excelencia y eficiencia energética, habrá un periodo transitorio en el que Gobierno de Canarias podrá aprobar proyectos que cumplan con otros reglamentos y normativas de calidad, precisó el consejero.
Los dos requisitos para nuevos establecimientos que impone la reforma legal que promueve el Gobierno son que los nuevos hoteles se edifiquen en suelo urbano calificado como turístico y ya urbanizado y que en caso de incumplimiento de los criterios de calidad se considerará una infracción muy grave por quebranto al interés general turístico.
Ese tipo de falta conlleva sanciones de 30.000 a 300.000 euros e incluso el cierre de la instalación en caso de reincidencia.
Domingo Berriel afirmó que esta reforma legal no desvirtúa el modelo de rehabilitación y modernización turística que defiende el ejecutivo, pero a la vez colma las aspiraciones de sectores que demandaban que los nuevos hoteles no fueran necesariamente sólo de cinco estrellas.
Con la reforma, cualquier construcción deberá contar en todo caso con la autorización del Gobierno de Canarias, a partir de un análisis exhaustivo de los criterios de calidad que figurarán en el nuevo reglamento o en otros reglamentos sectoriales concurrentes en un periodo transitorio, insistió el consejero.
Domingo Berriel aseguró que el Gobierno de Canarias no se ha sentido presionado en este asunto, sino que ha cumplido su hoja de ruta a su ritmo, sin pausa pero sin prisa, para evaluar la Ley y reformarla para mejorar su eficacia.
El consejero dijo que para esta reforma ha hablado y se ha coordinado con los dos grupos parlamentarios que le apoyan, CC y PSOE.