La organización Greenpeace ha advertido al Gobierno de que podría estar pasando por alto que el riesgo sísmico de la zona donde se ha autorizado a realizar prospecciones en busca de hidrocarburos en Canarias y que se podrían realizar de aquí a final de 2014.
Así, la organización ha denunciado que la Declaración de Impacto Ambiental favorable del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente no incluye una evaluación sísmica. Además, exigen al Gobierno que renuncie de una vez por los combustibles fósiles y apueste por el ahorro energético y por las energías renovables durante la cumbre europea de este fin de semana.
Asimismo en Canarias, la ONG también ha denunciado que el Ministerio de Medio Ambiente ha concedido una Declaración de Impacto Ambiental positiva a las prospecciones en el mar de Alborán, sin tener en cuenta que los pozos donde se quiere explorar están en una zona sísmica y, en concreto, el área con mayor riesgo de terremotos y tsunamis de España.
“Es un error inadmisible obviar el riesgo sísmico, lo que demuestra la falta de seriedad y rigor del Gobierno, un ejemplo más de su errática política energética. Este proyecto se debería descartar de inmediato al igual que otros como los de Canarias, Baleares, Valencia, Tarragona o el Cantábrico”, ha declarado el doctor en Geología y portavoz de Greenpeace, Julio Barea.
En este sentido, recuerda que pese a este “grave error” el proyecto está a la espera de recibir el permiso definitivo del Ministerio de Industria Energía y Turismo, después de que ya hay obtenido la DIA favorable.
Las prospecciones que planea realizar Repsol a menos de 10 kilómetros de Mijas (Costa del Sol), es el proyecto de exploración de hidrocarburos más cercano al litoral actualmente y supone un riesgo medioambiental, social y económico para toda la zona.
Por su parte, el portavoz del Movimiento Ciudadano contra las Prospecciones en la Costa del Sol, Juan Alarcón, ha pedido una mayor implicación de los sectores pesquero y turístico, ya que ellos estarán “directamente perjudicados” si el proyecto va hacia adelante.
Para la experta en energías renovables de Greenpeace, Marina Bevacqua, considera que el Gobierno “debe dejar de poner en peligro a la ciudadanía con un modelo basado en las energías sucias”.
Las organizaciones ecologistas solicitan a los líderes de los Veintiocho un compromiso de reducción de emisiones internas de gases de efecto invernadero del 55 por ciento (respecto a 1990), un objetivo de energías renovables de un 45 por ciento y alcanzar un 40 por ciento de eficiencia energética respecto a 2005.
En este contexto, Greenpeace ha llevado durante cuatro días al barco Artic Sunrise por la Costa del Sol para apoyar la lucha popular contra las prospecciones y, desde allí, este martes zarpará hacia Canarias, a donde llegará el viernes para seguir con la campaña para pedir un modelo 100% renovable.