Un estudio que analiza el caso del 'Oleg Naydenov' concluye que las matemáticas podrían evitar catástrofes por las mareas negras
Las matemáticas podrían evitar catástrofes provocadas por las mareas negras, según un estudio liderado por la investigadora del CSIC Ana María Mancho del Instituto de Ciencias Matemáticas y publicado en la revista Marine Pollution Bulletin.
Así, el artículo indica que las decisiones que se toman durante las primeras horas de la catástrofe son “clave para refrenar el impacto medioambiental o convertirlo en una catástrofe inmensa, como pasó en el año 2002 con el Prestige”.
La información aportada por satélites y sensores permite definir la situación y, gracias a las matemáticas, estos datos pueden emplearse para predecir la evolución del fluido y modelizar el impacto de diferentes intervenciones para decidir cuál es la óptima.
De esta forma, los investigadores aplican técnicas de sistemas dinámicos para modelar el comportamiento de los vertidos. “Hemos podido evaluar y valorar el riesgo potencial del punto de hundimiento con respecto a una posible llegada del vertido a la costa, y así localizar zonas costeras peligrosas y que necesitarían de una mayor vigilancia”, ha afirmado el coautor de un reciente artículo, Víctor José García Garrido.
En este informe estudiaron el caso particular del pesquero Oleg Naydenov, hundido en Canarias el pasado abril de 2015. “Pudimos resaltar la costa suroeste de Gran Canaria (de gran valor ecológico), como zona especialmente peligrosa, donde efectivamente acabaron llegando los primeros restos del vertido (playas de Veneguera)”, ha explicado García Garrido.
Mancho ha señalado que “estas técnicas se han usado con anterioridad, pero es la primera vez que se consiguen resultados tan espectaculares, como identificar los puntos de impacto de la marea negra en la costa, así como el momento en que esto se produce”.
Cuando comenzaron a trabajar ya había pasado más de una semana del accidente, y pudieron informar sobre estos resultados utilizando los datos de Copernicus, el proyecto europeo de observación de la Tierra, proporcionados por Puertos del Estado.
El oceanógrafo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y co-autor del trabajo, Antonio G. Ramos, facilitó los resultados al comité de emergencias que se encargó de gestionar el evento y fueron utilizados para organizar partes de las labores de limpieza llevadas a cabo por los dispositivos de Salvamento Marítimo.
“Hemos comprobado que podemos monitorizar el evento y ofrecer información en tiempo real a los servicios de emergencia”, señala Mancho. El objetivo ahora es diseñar un dispositivo operativo en tiempo real que puedan usar los propios puertos.
“Queremos proporcionar a la comunidad científica una herramienta que combina imágenes por satélite y sensores remotos con matemáticas procedentes de la teoría de sistemas dinámicos, para contribuir a la gestión eficaz de este tipo de catástrofes naturales (derrames de contaminantes en el medio marino), y también a la elaboración de planes de contingencia para abordar estos eventos con un elevado índice de éxito”, ha explicado García Garrido.
Por ejemplo, los investigadores señalan que se podrían utilizar para misiones de rescate o para interpretar las corrientes oceánicas que determinan el movimiento de lanchas a la deriva.