Fuerteventura dice basta: activistas organizan una acción en El Cotillo para exigir condiciones de vida dignas

Activistas del movimiento ciudadano Fuerteventura Tiene un Límite han organizado este fin de semana una acción en el Fuerteventura en Música (FEM, en El Cotillo, para exigir un cambio del modelo socioeconómico, ''que empobrece a la mayoría, que especula con la vivienda y dificulta el acceso a un alquiler digno y accesible para toda la ciudadanía''. Pancartas y consignas protagonizaron el evento entre el público, en las que se podía leer “ni gente sin casa, ni casas sin gente”, o datos como que Canarias cuenta con más de un tercio de su población (36,2%) en riesgo de pobreza y/o exclusión social o que el 70% de las kellys tiene que automedicarse para soportar la carga de trabajo que deriva en daños cervicales, lumbares, estrés y ansiedad.

Asimismo, el movimiento advierte que Canarias tiene un límite también contra los discursos de odio racistas y los bulos xenófobos, posicionándose como un movimiento antirracista y asegurando que “la desinformación xenófoba y la discriminación racista dificulta a muchas personas el acceso a derechos fundamentales como sanidad, vivienda o educación, pues el racismo institucional y social ubica a las personas migrantes y racializadas en situaciones de extrema precariedad”. No hay que olvidar que, tal y como recoge el informe ‘Discriminación racial en el ámbito de la vivienda’, la vivienda es el ámbito donde se produce discriminación racial o étnica con mayor intensidad y, a su vez, es la esfera donde se ha experimentado el mayor incremento en los últimos años.

En cuanto a la problemática del acceso a la vivienda, en Fuerteventura el alquiler medio ronda los 900 euros cuando el archipiélago canario es la segunda comunidad con el salario más bajo del país, según el Instituto Nacional de Estadística. En este sentido, el municipio majorero de La Oliva (Fuerteventura) se encuentra entre los cinco primeros municipios de España con mayor porcentaje de vivienda vacacional.

Otra de las reivindicaciones es el cambio de modelo turístico y la aplicación de una ecotasa destinada al cuidado de la isla y las personas que la habitan frente al modelo socioeconómico de turismo masificado que genera precarización y pobreza para la gran mayoría. ''No necesitamos más hoteles, que consumen recursos naturales desaforadamente, decimos no al aumento de las camas alojativas'', insisten. Por ejemplo, el Ministerio de Transición Ecológica ordenó la demolición del hotel de las Dunas de Corralejo por la conservación de ese espacio natural protegido.

Así, en la noche del 6 de julio, en Fuerteventura se pusieron en el centro cuestiones tan relevantes como la garantía del acceso a la vivienda, al agua y a la energía como derechos fundamentales: “Nos encontramos con la falta de acceso a un bien tan fundamental como el agua. Porque el agua que se consume en la Isla en gran parte está en manos privadas”. Como reivindicó la ciudadanía en el Fuertemúsica: “Llenamos las calles por una vida mejor para todas''.

No es la primera vez que Fuerteventura sale a la calle bajo el lema “Canarias tiene un límite”. El pasado 20 de abril, todas las Islas Canarias se movilizaron en una manifestación histórica que se espera repetir en octubre.