MOGADISCIO, 7 (Reuters/EP)
Más de 230 civiles han muerto y unos 400 han resultado heridos en los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes islamistas que han tenido lugar durante las últimas dos semanas en la capital de Somalia, Mogadiscio, cuyos habitantes se han visto atrapados en estos combates, ha alertado este martes la portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Melissa Fleming.
Unos 23.000 habitantes han huido de Mogadiscio en las últimas dos semanas, muchos de ellos a pie, y otros han tenido que deshacerse de sus últimas posesiones para comprar un billete de autobús para salir de la ciudad, ha señalado la portavoz.
La calles de Mogadiscio están desiertas, ya que la gente tiene demasiado miedo para salir de su casa debido a los intensos bombardeos, según los testimonios de refugiados que han llegado a la región semiautónoma de Puntlandia, en el norte de Somalia, y los países vecinos de Etiopía y Kenia. Una de las mujeres que logró escapar dijo que en las calles sólo hay cadáveres de personas muertas por balas o morteros, trasladó Fleming a los periodistas en Ginebra.
“La gente cada vez se encuentra más atrapada en la zona de guerra, huir de Mogadiscio se ha hecho más peligroso y difícil”, constató Fleming.
El país del Cuerno de África se encuentra sumido en la anarquía desde que los señores de la guerra derrocaron al dictador militar Mohamed Siad Barre en 1991. Esta situación ha afectado a la distribución de ayuda en el país, donde al menos 300.000 desplazados luchan por sobrevivir, según ACNUR, que no tiene una cifra sobre la población de la capital.
Los rebeldes de Al Shabaab, vinculados a Al Qaeda, sostienen desde hace tres años una insurgencia contra el frágil Gobierno de Sheij Sharif Ahmed, respaldado por Occidente y por la Unión Africana, y ahora controlan la mayor parte de Mogadiscio y grandes extensiones del centro y sur de Somalia. Estos han amenazado con intensificar la yihad, o guerra santa, contra el gobierno.
RECLUTAMIENTO FORZOSO
Los somalíes que huyen de Mogadiscio se enfrentan a nuevos riesgos y dificultades, como el reclutamiento forzoso y los abusos por parte de los rebeldes en el sur de Somalia, indicó ACNUR.
Más de 300.000 personas se encuentran ahora mismo en campamentos artesanales ubicados a lo largo del corredor de Afgoye, a 30 kilómetros al suroeste de la capital, una zona relativamente segura.
“Permanecer atrapados en su propio país se está convirtiendo cada vez más en una realidad para los somalíes”, declaró Fleming. “Este conflicto se prolonga desde hace más de una década y solía ser fácil salir. Pero está volviéndose cada vez más peligroso y cada vez es más difícil escapar”, añadió.
Las personas que han huido han contado que tuvieron que pasar por numerosos puestos de control establecidos por grupos armados antes de llegar a la costa del golfo de Adén, en el norte, para conseguir subirse a barcos de traficantes con el fin de llegar Yemen, según Fleming. Sólo 7.300 somalíes han llegado a Yemen en barco este año, la mitad de los que lo hicieron en el mismo periodo del año pasado.
Unos 37.000 refugiados somalíes llegaron a Kenia hasta el mes de agosto, una cantidad inferior a un tercio de los que llegaron en los primeros ocho meses de 2009. Etiopía es el único país vecino donde se ha mantenido la llegada de somalíes, con 20.000 en lo que va de año.
“La gente está huyendo en las direcciones que ha oído que son más seguras, pero algunos de ellos no lo están haciendo”, dijo Fleming.
En total, cerca de 68.000 somalíes han abandonado su país de origen este año para dirigirse a otros países de la región. Somalia sigue siendo el país que genera el mayor número de refugiados, por detrás de Afganistán e Irak, según ACNUR. Hay más de 614.000 refugiados somalíes por todo el mundo y más de 1,4 millones de desplazado internos en Somalia.