BOGOTÁ, 23 (EUROPA PRESS)
Amnistía Internacional (AI) denunció este lunes los abusos y crímenes cometidos contra las comunidades indígenas de Colombia, protagonizados por las fuerzas de seguridad, las guerrillas y los distintos grupos paramilitares que operan en el país, e instó a las autoridades colombianas a frenar esta persecución y respetar las formas de vida de dichos asentamientos.
La organización asegura que los indígenas colombianos son víctimas de numerosos abusos que incluyen homicidios, secuestros, amenazas, abusos sexuales contra mujeres, reclutamiento de niños y niñas soldados, desplazamiento forzoso de la población y persecución de sus dirigentes.
“Los indígenas sufren cada vez más ataques en Colombia. Se les está matando y amenazando, se les está obligando a participar en el conflicto armado y se les está echando de sus tierras. Ya es hora de que el gobierno colombiano asuma seriamente sus obligaciones y actúe de inmediato para proteger a los pueblos indígenas”, dijo Marcelo Pollack, investigador de Amnistía Internacional.
Asimismo, el cooperante indicó que los 40 años de conflicto armado en Colombia han afectado a millones de personas en todo el país, dejando un saldo de decenas de miles de muertos, torturados y víctimas de desaparición forzosa, la inmensa mayoría civiles.
Miles de indígenas se han visto obligados a abandonar sus tierras debido a que sus comunidades se asientan en zonas frecuentemente amenazadas por el conflicto interno que enfrenta a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al Ejército que ha sembrado de minas terrestres los terrenos donde se ubican estas comunidades.
Las partes en conflicto también han bloqueado el acceso a la comida y a medicamentos esenciales de los indígenas, afirmando que estos suministros están destinados al enemigo, así como el acceso a la educación ya que muchas de las escuelas han sido ocupadas por la guerrilla y utilizadas como bases militares.
“A menos que las autoridades actúen con rapidez para proteger a los pueblos indígenas en Colombia, existe un riesgo real de que muchos desaparezcan”, manifestó Pollack.
Según cifras de la Organización Nacional Indígena de Colombia, al menos 114 mujeres, hombres y niños indígenas fueron víctimas de homicidios y cerca de un millar sufirieron las consecuencias de los desplazamientos forzosos.
En consecuencia, Amnistía Internacional instó a las fuerzas de seguridad colombianas a respetar las tierras y las formas de vida de las comunidades indígenas del país y a mantenerlas alejadas de los enfrentamientos armados que puedan producirse y que ponen en peligro su existencia.
ACOSO A LOS AWÁ
Una de las comunidades más afectadas por estos abusos es la de los indígenas Awá cuyos asentamientos están ubicados en la reserva indígena de El Granb Rosario, en el departamento de Nariño (suroeste), una zona de gran importancia estratégica para las FARC, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y grupos de narcotraficantes que sufre cpn frecuencia los envites de la Fuerza Pública.
El pasado 26 de agosto un grupo de hombres con uniformes militares, armados y encapuchados atacaron a los indígenas del Gran Rosario en un operativo que acabó con la vida de 12 awá, entre los que había seis niños y niñas y un bebé de ocho meses, y que ha sido bautizado como 'la matanza de agosto'.
Tras la masacre cerca de 300 Awá, se vieron obligados a abandonar sus casas, bienes y medios de vida para huir al cercano municipio de Tumaco donde se instalaron en refugios que construyeron ellos mismos sin ningún tipo de ayuda local o estatal, pese a la falta de alimentos y otro tipo de suministros.