Las fuentes explicaron que Blair tiene previsto comunicar sus intenciones a los miembros de su Gabinete, para después viajar a su circunscripción electoral de Sedgefield, en el norte de Inglaterra, para hacer pública su decisión ante sus votantes. No habrá una declaración a la prensa del primer ministro a las puertas de Downing Street, su despacho y residencia oficial, subrayó el portavoz.
El pasado 1 de mayo, Blair había confirmado que a lo largo de esta semana haría un anuncio definitivo sobre su futuro, lo que había sido interpretado en círculos políticos y la prensa como la esperada comunicación sobre su partida tras diez años en el poder.
Sin paralización en el Gobierno
El líder de la oposición conservadora, David Cameron, dijo este miércoles en la sesión semanal de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes que Blair iba a anunciar este jueves su dimisión, sin que el jefe de Gobierno contestara o negara tal afirmación. En esa sesión parlamentaria, Blair aseguró que en las próximas siete semanas -en clara referencia al proceso que llevará a la elección de su sucesor- no habrá parálisis en su Gobierno y dedicará ese tiempo a asuntos como la educación o el orden público.
El diario The Sun ya adelantaba este miércoles que el primer ministro iba a informar este jueves a sus ministros, en la reunión semanal del Gabinete en su residencia de Downing Street, de su intención de dimitir, para viajar después a Sedgefield para hacer público el anuncio. Los medios de comunicación han indicado que Blair podría comunicar antes a la reina Isabel II su pretensión de abandonar el liderazgo laborista, aunque se trataría de una comunicación de cortesía puesto que no hay ninguna exigencia constitucional que le obligue a notificar a la soberana la renuncia al frente de su partido.
El esperado anuncio de Blair se producirá tras haber asistido el martes en Belfast a la restauración de la autonomía de Irlanda del Norte con la formación de un Gobierno autónomo de poder compartido entre viejos enemigos: los unionistas radicales y los republicanos. El proceso de paz, que dio sus primeros pasos a finales de 1993 pero recibió ímpetu con la llegada de Blair al poder en 1997, está ya considerado como el legado más importante del líder laborista.
Un proceso de siete semanas
Con su dimisión empezará un proceso de siete semanas para elegir al nuevo líder, según el calendario provisional que ha facilitado el Comité Ejecutivo Nacional de la formación.
Se espera que Brown anuncie rápidamente su intención de ser candidato al liderazgo del partido, para el que necesitará el apoyo de 45 diputados de su formación. Hasta ahora, los únicos rivales que se han atrevido a retar al responsable de Hacienda son los diputados laboristas John McDonnell y Michael Meacher, ambos del ala izquierda del Laborismo, si bien no se sabe si podrán reunir las 45 firmas necesarias.
Una vez que se cierre el plazo para la presentación de las candidaturas, hacia el 16 de mayo, los aspirantes empezarán una campaña de unas tres semanas antes de que los diputados, miembros del partido y sindicatos depositen sus votos. El proceso terminará con una conferencia especial laborista que confirmará al ganador, posiblemente a finales de junio o principios de julio.
Brown parece tener el camino despejado para el puesto después de que varios posibles aspirantes descartasen sus candidaturas. El ministro de Medio Ambiente, David Miliband, considerado el “delfín” de Tony Blair, ya ha confirmado que no se presentará, así como el titular de Interior, John Reid, y su predecesor en ese cargo, Charles Clarke.
Una vez elegido el nuevo líder, Blair acudirá al palacio de Buckingham, residencia oficial de la Familia Real británica, para entregar oficialmente los “Sellos del Cargo” a la reina Isabel II, quien, a su vez, llamará al sucesor para pedirle que forme su Gobierno.