En el encuentro se discutió sobre “el disfrute individual y colectivo de todos los derechos humanos para todos” y el marco jurídico e institucional para su promoción y protección, según un comunicado conjunto publicado este jueves que utilizó un lenguaje poco habitual en las notas oficiales de las autoridades cubanas. Ambas partes debatieron sobre “los sistemas penitenciarios en todos sus aspectos, tanto institucionales como humanos” y hablaron de otros asuntos también conflictivos para La Habana, como la pena de muerte.
La cooperación internacional y el respeto a los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo internacional fueron discutidos también en la reunión, que transcurrió “en un ambiente cordial, franco y constructivo” y que permitió “abordar todos los temas que cada parte ha considerado de interés”, señaló la nota oficial. El comunicado no mencionó los términos “disidentes” ni “presos políticos”, no reconocidos por el gobierno cubano, que califica a los opositores como “mercenarios” a sueldo de Estados Unidos.
Bruselas, pendiente
Fuentes diplomáticas europeas apuntaron que la Unión Europea (UE) sigue con atención el proceso abierto por España, el primer país miembro del bloque comunitario que inicia este tipo de conversaciones con el gobierno de La Habana.
Las conclusiones del encuentro no han rebajado los recelos de parte de la disidencia interna cubana, que defendió este jueves la necesidad de que las declaraciones de buena voluntad se traduzcan en nuevas excarcelaciones de presos políticos. Con excepciones como la del disidente moderado Manuel Cuesta Morúa, que considera que “hay lugar para el optimismo”, la disidencia interna se mantiene “escéptica” sobre el resultado del proceso.
Elizardo Sánchez, que encabeza una Comisión de Derechos Humanos considerada ilegal por las autoridades, teme que “el gobierno de Cuba una vez más pudiera estar comprando tiempo y emitiendo falsas señales sobre la base de promesas que luego no cumple”. No obstante, confía en nuevas excarcelaciones en los próximos días que, a su juicio, podrían ayudar a España a promover un cambio en la política de la Unión Europea hacia la isla.
Vladimiro Roca, del Movimiento Todos Unidos, no ve espacio para el optimismo porque el encuentro terminó “sin resultado”. Consideró que “el primer paso que debería dar el gobierno cubano sería la excarcelación de todos los presos políticos” y “la modificación del código penal para evitar que se sigan llenando las cárceles por motivos políticos”.
Los resultados de la reunión son “decepcionantes”, en opinión del economista Oscar Espinosa Chepe, condenado en la primavera de 2003 y excarcelado por motivos de salud, porque han estado cargados de “retórica” y no han respondido a las “muchas concesiones” del gobierno español. Para su esposa, Miriam Leyva, co-fundadora del movimiento Damas de Blanco, “ha sido un ejercicio semántico con promesas de volverse a reunir, pero sin ningún resultado real”.
Esta primera ronda de diálogo sobre Derechos Humanos se desarrolló los días 29 y 30 en la Cancillería cubana, encabezada por el viceministro de Asuntos Multilaterales cubano, Abelardo Moreno, y el director general de Política Exterior español, Rafael Dezcállar. El encuentro es resultado del acuerdo alcanzado entre los cancilleres de ambos países el pasado abril, durante la visita a Cuba del ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.
Las delegaciones acordaron continuar con el proceso en una próxima reunión que se celebrará este año, en el contexto del diálogo político entre ambos países que debe desarrollarse en Nueva York, durante el 62 período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, previsto para septiembre.