La amplia redada tuvo lugar en el casco viejo de la ciudad y se centró en hogares situados cerca de la gran pagoda de Shwedagon, uno de los puntos emblemáticos de los participantes en la sucesión de protestas pacíficas que la pasada semana fueron acalladas a tiros y golpes por soldados y policías. Los detenidos, según testigos citados por emisoras de radio vinculadas a la disidencia birmana, fueron sacados de sus hogares durante la noche del martes y la madrugada del miércoles y subidos en camiones militares que partieron con destino desconocido.
Las mismas fuentes dijeron desconocer la cifra de detenidos, pero calcularon que ascendía a varios cientos, y que entre ellos figuraban familias enteras.
Arrestada una empleada de la ONU
Entre las personas detenidas durante esa amplia redada figura una empleada de la representación de las Naciones Unidas en Birmania, de 38 años y cuya identidad no fue revelada para no entorpecer las negociaciones con las autoridades militares para lograr su puesta en libertad, indicaron fuentes del organismo. También con ella, fueron detenidos su marido y los dos hijos de la pareja, confirmó el jefe de la representación de la ONU, Charles Petrie.
Algunos residentes relataron que en la antigua capital birmana la atmósfera era tensa, y que por las calles patrullaban vehículos con soldados que por medio de megáfonos advertían a los ciudadanos que se disponían a realizar más detenciones. Hasta el momento, la Junta Militar no ha dado ninguna indicación sobre dónde recluye a las personas detenidas durante las últimas dos semanas en Rangún y otras ciudades del país, cuya cifra se cree que asciende a varios miles.
El relator de la ONU para los derechos humanos en Birmania y jurista brasileño, Sergio Pinheiro, a quien durante los últimos tres años los generales no han dejado entrar en el país, declaró el pasado martes en Ginebra que son miles las personas detenidas. La Junta Militar sostiene que diez personas murieron la semana pasada durante las cargas de las fuerzas de seguridad, mientras que los grupos disidentes aseguran que la cifra de víctimas mortales supera las dos centenas, y la de detenidos está próxima a 6.000.
Esa nueva ola de detenciones comenzó pocas horas después de que Gambari abandonara Birmania, tras entrevistara con el general Than Shwe y otros miembros de la Junta Militar, que ya en otras ocasiones anteriores ha actuado contra la oposición cuando ha concluido algún tipo de misión de la ONU. En noviembre del año pasado, cuando Gambari acababa de concluir una visita oficial a Birmania para fomentar el diálogo entre los militares y la oposición, el Gobierno birmano prorrogó el arresto domiciliario de la Nobel de la Paz y líder de la Liga Nacional por la Democracia (LND), Aung San Suu Kyi, cautiva desde mayo de 2003.
La actual misión de Gambari tuvo como objetivo comunicar al “hombre fuerte” de Birmania la preocupación de la ONU por la represión contra los partidarios de un cambio democrático y los monjes budistas, que alentaron una movilización popular. Al menos diez parlamentarios de la LND elegidos en los comicios celebrados en 1990, y cuyos resultados nunca ha sido reconocidos por los militares, han sido detenidos, al igual que otros 137 miembros de esta formación política, la única de la oposición que resiste a la intensa presión del régimen.
Según informaciones divulgadas por la radio Voz Democrática de Birmania (DVB), cerca de 1.900 personas, entre ellas bonzos, monjas budistas, estudiantes y civiles, están presas en una escuela técnica de Insein, cercana a la prisión del mismo nombre y al norte de Rangún, que ha sido habilitada para dar cabida a los detenidos. Entre los prisioneros, de acuerdo a radio DVB, hay monjes de entre 16 y 18 años y novicios de cinco y diez años, que, al igual que las monjas budistas, han sido obligados a vestir ropas civiles.
Birmania está gobernada por los militares desde hace 45 años y no celebra elecciones parlamentarias desde 1990, cuando el partido oficial perdió estrepitosamente ante la LND de Suu Kyi, a quien la Junta Militar califica habitualmente de “esbirra de la grandes potencias”. Gambari, que antes de partir de Birmania se reunió de nuevo con Suu Kyi, se entrevistó el miércoles en Singapur con el primer ministro singapurés y presidente de turno de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), Lee Hisien Loong.
El ingreso de Birmania en la ASEAN, en 1997, ha supuesto un continuo problema para el grupo regional, algo que vaticinaron la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.
Más acciones diplomáticas y ayudas a la población
Por otro lado, los países de la Unión Europea (UE) acordaron hoy endurecer sus sanciones contra el régimen militar de Birmania (Myanmar) por la represión violenta a la oposición, según anunció en un comunicado la Presidencia de turno portuguesa.
El Comité de Representantes Permanentes de los 27 países comunitarios (Coreper) abordó este asunto para que las nuevas medidas puedan ser aprobadas por los ministros de los Veintisiete durante el Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores del próximo 15 de octubre. Los países europeos subrayaron este miércoles la importancia de continuar con la acción política y diplomática hacia Birmania, involucrando a a “actores clave, especialmente en la región” y de proseguir con el diálogo en las Naciones Unidas.
Además, expresaron su preocupación por la “apremiante situación” de la población birmana y pidieron a la Comisión Europea (CE) que estudie vías para incrementar la asistencia humanitaria. “Los Estados miembros han enfatizado la necesidad de que el endurecimiento de las sanciones vaya de la mano de acciones diplomáticas y de un incremento de las ayudas a la población”, señalaron a Efe fuentes comunitarias.
El acuerdo alcanzado en el Coreper supondrá un endurecimiento de las medidas restrictivas que la UE aplica contra las autoridades de Birmania desde 1996, y que incluyen el embargo de la venta de armas y la congelación de los bienes en Europa de los altos cargos de la Junta militar y sus familiares. El refuerzo de estas sanciones tiene un carácter esencialmente técnico y se concretará, por ejemplo, en una ampliación de la lista de personas del régimen que tienen sus bienes en Europa congelados, explicaron las mismas fuentes.
Sin embargo, los Veintisiete están también estudiando la posibilidad de introducir nuevas medidas contra Birmania, tal y como amenazó el pasado 26 de septiembre la Presidencia portuguesa, que serán discutidas durante la reunión de ministros europeos de Exteriores del próximo 15 de octubre. Desde que impuso sus sanciones sobre el país asiático en 1996, la UE las revisa anualmente y las acompaña de ayuda humanitaria por valor de ocho millones de euros anuales.