QUITO, 4 (EUROPA PRESS)
Este lunes entra en vigor la Ley de Servicio Público, que incluye una revisión de los sueldos y los incentivos de los policías, contra la que se sublevaron cientos de uniformados el pasado jueves, en una acción que derivó en la retención del presidente, Rafael Correa, y que ha sido calificada por éste de golpe de Estado.
La Asamblea tenía un plazo de 30 días, que terminaba este lunes, para pronunciarse sobre el texto propuesto por el Ejecutivo, pero eso no sucedió, según el diario 'El Comercio', luego la ley ha entrado en vigor automáticamente conforme a la legislación.
La Policía parece dispuesta a aceptar la reducción de sus incentivos, ya que desde el pasado jueves no se han producido nuevas protestas. Mientras las operaciones policiales regresan a la normalidad, los militares patrullaron las calles en vehículos blindados con armas acopladas durante el fin de semana.
En lo que Correa ha calificado como un intento de golpe de Estado y asesinato, la Policía agredió al presidente y le acorraló en el hospital donde buscó refugio durante varias horas, antes de que los militares le rescataran durante la noche bajo una lluvia de disparos. Al menos cuatro personas murieron en la revuelta, en Quito, y otras cuatro en los disturbios registrados en el resto del país, mientras los heridos ascienden a 300.
Los disturbios fueron un recordatorio de la inestabilidad de Ecuador, donde en la última década han sido derrocados tres de ocho presidentes antes de que Correa, que llegó al poder en 2007, lograra cierto grado de estabilidad.
Uno de los guardaespaldas del presidente murió cuando protegía el vehículo en el que fue rescatado. Según el Gobierno, hubo francotiradores infiltrados en la protesta que pretendían asesinar al presidente, de 47 años.
Bajo la nueva ley, diseñada para reducir costes, los policías y los militares dejarán de recibir incentivos al conseguir una promoción, así como regalos de navidad. Correa ha respondido frente a las protestas de los policías que el sueldo de estos ha sido duplicado durante su Gobierno.
Aunque en un primer momento algunas unidades militares se sumaron a las protestas de los policías, otros colectivos del sector público afectados no apoyaron la sublevación.