Una manifestación estudiantil en Londres contra los planes de austeridad del Gobierno de David Cameron han derivado en la ocupación del edifico sede del Partido Conservador, en unas protestas que provocaron también al menos dos heridos entre las fuerzas policiales.
La protesta, organizada por el Sindicato Nacional de Estudiantes (NUS), convocó a alrededor de 50.000 personas, lo que significaría la mayor concentración contra el Gobierno en los meses de historia del Ejecutivo de coalición, del que también forman parte, además de los conservadores, el Partido Liberaldemórata de Nick Clegg.
Los jóvenes se quejan principalmente por los recortes que afectan a universidades y que obligarán a los estudiantes a pagar al año 6.000 libras (unos 7.000 euros) por cursar sus carreras. Esta cifra se incrementará en algunas universidades hasta las 9.000 libras, el triple de la tasa actual, en un contexto marcado por los intentos del Gobierno para reducir el elevado déficit público y que habrían supuesto una reducción del 40 por ciento del presupuesto para educación superior.
Lo que se planteaba como una manifestación pacífica -desde el Parlamento hasta la galería Tate- se torció a su paso por el rascacielos donde se encuentra la sede de los tories, la Torre Milibank. Allí, y después de que algunos jóvenes rompiesen los cristales de la planta baja, utilizando para ello incluso el mobiliario del propio edificio, cientos de manifestantes irrumpieron en las instalaciones.
El presidente del NUS, Aaron Porter, mostró su desacuerdo con el cariz violento que ha adoptado la protesta, aunque se mostró “orgulloso de los 50.000 estudiantes que han acudido a manifestarse pacíficamente”. En este sentido, culpó de los disturbios a una “pequeña minoría” que quiere “causar problemas”, informan los medios británicos.
Al menos dos policías resultaron heridos durante los enfrentamientos, según el diario The Guardian.
Durante la sesión de control al Gobierno en la Cámara de los Comunes, el viceprimer ministro, Nick Clegg, fue acusado de hipócrita desde la bancada laborista por defender desde el Ejecutivo medidas que criticó durante la campaña electoral para los comicios del pasado mayo.
La laborista Harriet Harman criticó que los liberaldemócratas “consientan” las decisiones de los conservadores al incrementar los costes de la educación.
Clegg replicó sacando a relucir los costes promovidos durante los gobiernos del Partido Laborista, si bien admitió la subida para aquellas carreras que afecten a profesiones de “altos ingresos”. Lo cierto es que el 'número dos' del Gobierno se ha convertido, también para los estudiantes, en principal objetivo de sus dardos, como se ha podido escuchar y leer de los propios jóvenes durante la marcha.
El secretario de Estado de Universidades, David Willetts, defiende que el nuevo sistema será más justo que el actual, ya que ofrecerá más ayuda a los estudiantes con menos ingresos. En este sentido, aclaró que el pago de las tasas no se realizará “por adelantado”, sino que se cobrará después, cuando el ingreso de estos universitarios supere las 21.000 libras.
Para Willetts, se trata de una medida “progresiva”. “Estamos realmente dando poder a los estudiantes. El dinero irá donde ellos elijan, pero sólo tendrán que devolverlo cuando estén licenciados en trabajos bien pagados”, agregó, en declaraciones recogidas por la cadena pública BBC.