MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
Birmania apenas ha recibido un 25 por ciento de la ayuda financiera prometida dos años después del devastador paso del ciclón 'Nargis' por el sudeste del país, una catástrofe humanitaria que ha dejado más de 140.000 muertos o desaparecidos más de 2,4 millones de afectados mientras desde el país se advierte de que la mayor parte de la población de la región permanece completamente desprotegida ante la posibilidad de que se repita un evento similar.
La devastación causada por el paso del ciclón ha arruinado la agricultura de la región de Ayeyarwady. Los daños en las cosechas han complicado enormemente un proceso de reconstrucción, bastante lento de por sí, porque los súbitos cambios de tiempo imposibilitan que los agricultores puedan trazar una estrategia adecuada a largo plazo para reconstruir los terrenos cultivables, según indican las agencias humanitarias en que a día de hoy trabajan en la región, y cuyo número se ha reducido ostensiblemente por la falta de fondos.
Así, a día de hoy apenas se ha recibido una cuarta parte de la cantidad requerida para el plan de desarrollo a medio plazo fijado por la comunidad internacional: sólo han llegado 180 millones de dólares de los 690 millones solicitados. El ciclón dejó daños materiales por valor de más de 4.000 millones, según datos del informe de Asesoramiento Conjunto Post-Nargis de Naciones Unidas (PONJA).
SERIAS CONSECUENCIAS
“Los programas de ayuda se han recortado, cancelado o restringido y se ha reducido plantilla. Por lo tanto, el proceso de recuperación se ha ralentizado”, apunta el coordinador humanitario de Naciones Unidas en la región, Bishow Parajuli. “Desde hace dos años se están percibiendo vacíos que amenazan con detener, incluso, los esfuerzos de recuperación a largo plazo. Nuestro trabajo no ha terminado ni de lejos y la gente todavía necesita ayuda”, apuntó.
Más de 100.000 familias no han podido reconstruir sus hogares y otras 180.000 subsisten sin acceso regular a agua potable. En un país donde seis de cada diez familias son agricultores, la falta de desarrollo en el campo, se apunta desde la ONU, limita enormemente sus oportunidades de supervivencia. “No nos hemos recuperado todavía porque el campo sigue en declive”, asegura el agricultor Kyaw Moe.
La falta de ayuda económica deja a los campesinos desprotegidos ante la intervención de usureros que les prestan dinero a intereses desorbitados --que en ocasiones alcanzan un 50 por ciento-- y que incluso se permiten el lujo de establecer el precio al que los campesinos venderán su futura cosecha. Es difícil tanto para los propietarios de tierra como para aquellos que no la poseen. “No podemos permitirnos contratar a gente”, apunta Kyaw, “porque para nosotros supone una verdadera carga”. “Y si nosotros tenemos que trabajar, el temporero lo tiene muy difícil (para obtener empleo)”, indicó.
De la misma opinión es Khin Moe, cuya familia ha recibido 100 dólares del Programa de Alimentos de Naciones Unidas (PNUD). Dinero que, a falta de cosechas, han invertido en material de pesca para desarrollar una vía alternativa de negocio. La reorientación de la ganadería a la pesca será esencial para proteger económicamente a la población hasta la recuperación de las cosechas. En este sentido, la ONG World Vision abandera una política de donaciones por la que entrega a una de cada dos familias un bote y una red para capturar peces.
Sin embargo, muchas veces no es suficiente. Carentes de experiencia, la mayor parte de los agricultores son incapaces de extraer beneficios del río, y por lo tanto acaban “asfixiados en deuda”, como expresa Khin. “La vida se está volviendo cada vez más dura”. Naciones Unidas comparte su preocupación. En opinión del director en Birmania de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Thierry Delbrevue, “si la gente no tiene los medios, si carecen de recursos, serán extremadamente vulnerables en el futuro”, según declaró a Reuters AlertNet.
SENSACIÓN DE PROGRESO
Con todo, se ha intentado aprovechar al máximo la escasa ayuda recibida hasta tal punto de que se ha percibido, a juicio de las agencias humanitarias, cierto “desarrollo significativo” en los ámbitos sanidad, nutrición y educación.
A pesar de reconocer algunas de carencias exhibidas en la distribución de ayuda, el propio Parajuli pide que se tengan en cuenta los méritos alcanzados hasta el momento. “Tanto la ONU como las ONG locales e internacionales han sido capaces de aportar ayuda a gran escala a los afectados, complementando así los esfuerzos del Gobierno gracias en buena medida a la colaboración con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), y el generoso respaldo de los países donantes”, declaró el pasado viernes durante una rueda de prensa en Rangún.
En términos más concretos, más de un millón y medio de afectados han recibido ayuda económica. Casi 39.000 niños en peligro de desnutrición han recibido los alimentos imprescindibles para subsistir. Además, unos 575.000 niños han recibido material escolar. En total, se ha proporcionado refugio a más de 182.000 familias y otras 680.000 personas cuentan con materiales para potabilizar su agua.
Para el director de la ONG Save the Children en el país asiático, Andrew Kirkwood, “la lista de logros es prueba fehaciente de que la ayuda humanitaria funciona en Birmania”. “No obstante”, precisa, “todavía es necesario cubrir una considerable cantidad de necesidades provocadas por el ciclón, y por lo tanto hay que mantener tanto el flujo de ayuda como la cooperación gubernamental”.