Minicrónonica de la isla en menos de 1000 caracteres. Destilando la actualidad gota a gota, sin filtros.
De camino al más allá
Estaba releyendo la nota de las obras del cementerio de Alajeró y no sé por qué me vino a la cabeza uno de los más fascinantes que conozco: el que está camino de Alojera a los pies del Lomo del Carretón. Es como si el tiempo aquí se hubiese detenido. Más allá de su estado de conservación, su forma, su espacio, lo que le rodea... este camposanto es especial. Tiene como aura propia, oiga. No sé si habréis parado alguna vez en él. Asomarse es como un viaje al pasado. Lápidas y cruces. Historias y familias. Habrá, claro está, a quien los cementerios le den mal rollo. A mí no; es más, me gustan. Hablan de gente. Dicen mucho desde el silencio más absoluto. Sin parar en más detalle, os diré que es muy parecido al cementerio que existió en San Sebastián a la altura –más o menos- del mercado. Le falta quizá la cruz en la entrada. Un remozado le daría vida. Al fin y al cabo, es la última estancia de camino al más allá. (744 caracteres).
Estaba releyendo la nota de las obras del cementerio de Alajeró y no sé por qué me vino a la cabeza uno de los más fascinantes que conozco: el que está camino de Alojera a los pies del Lomo del Carretón. Es como si el tiempo aquí se hubiese detenido. Más allá de su estado de conservación, su forma, su espacio, lo que le rodea... este camposanto es especial. Tiene como aura propia, oiga. No sé si habréis parado alguna vez en él. Asomarse es como un viaje al pasado. Lápidas y cruces. Historias y familias. Habrá, claro está, a quien los cementerios le den mal rollo. A mí no; es más, me gustan. Hablan de gente. Dicen mucho desde el silencio más absoluto. Sin parar en más detalle, os diré que es muy parecido al cementerio que existió en San Sebastián a la altura –más o menos- del mercado. Le falta quizá la cruz en la entrada. Un remozado le daría vida. Al fin y al cabo, es la última estancia de camino al más allá. (744 caracteres).