El cono interno del volcán de Cumbre Vieja se ha derrumbado en la tarde de este martes sobre sí mismo, lo que ha generado que el penacho se vuelva más “imponente”. Así lo ha asegurado el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) en redes sociales, donde ha publicado un vídeo donde se ve que la columna de humo que sale por la boca es más intensa que hace unas horas.
El cráter principal está en plena fase de reconstrucción tras abrirse una gran brecha en su flanco en la tarde noche del lunes, formando una especie de herradura. De momento el rumbo que cogen los ríos de lava no ha variado: discurren por el centro del campo lávico, señala a Efe Vicente Soler, vulcanólogo del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Soler señala que “poco a poco” el cono se ha ido recomponiendo y cerrando, y que el canal lávico sigue discurriendo por encima de la colada que llegó hasta el mar y formó una fajana.
Estas últimas modificaciones del cono han sido “positivas”, recalca Soler, pues los desprendimientos anteriores del cráter habían orientado los ríos de lava hacia el barrio de La Laguna, pero ahora esa colada en concreto lleva parada varios días.
Lo cierto es que el volcán de Cumbre Vieja ha cogido fuerza en los últimos días y eso también ha desembocado en un aumento de los niveles del dióxido de azufre. En Puntagorda han sobrepasado los niveles de horarios, “probablemente debido a las presiones de los vientos locales”. El director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, ha reconocido que este es un asunto que “preocupa” y que hará que se emita “algún comunicado” para que en determinados momentos la población de la zona lleve mascarillas FFP2 y “restringir la actividad física al aire libre”. Todo ello hace pensar a los científicos que “el fin de la emergencia está lejos. Hay erupción para un tiempo medio-largo”, ha asegurado este martes.