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Antonio González Suárez: pintor de intemperie

La relación entre la pintura, los pintores y la naturaleza siempre aportó frutos y experiencias maravillosas a lo largo de la historia de la humanidad y el arte. Un ejemplo claro de ello, son los artistas ingleses que se sumergieron en la estética prerromántica y romántica buscando lugares llenos de estímulos activadores de emociones, recuerdos y sensaciones; también llenos de misterio e incluso de una cierta espiritualidad. Los pintores impresionistas también se embarcaron en la enriquecedora aventura de buscar el sentimiento de lo sublime en los efectos atmosféricos de la naturaleza y sus infinitas posibilidades plásticas.

Antonio González Suárez podría encajar perfectamente en estos colectivos enamorados de la naturaleza, del agua, de la luz, de las flores y que además sabían encontrar belleza y poesía cromática en los bosques, el mar, las nubes o en una montaña nevada; eran capaces de ver el espíritu y la energía de los árboles, de las rocas y plasmarla con los colores y las pasiones adecuadas, para engrandecer aún más, si cabe, este paraíso en el que vivimos y que no somos capaces de proteger. 

El hombre y la naturaleza son una misma cosa, cuando nos alejamos de ella, todos salimos perjudicados; los artistas nos hemos encerrado en el estudio, en nuestra zona de confort, dándole la espalda al sol o a la brisa del mar; es muy posible que la solución a muchos problemas actuales esté en volver a pisar la hierba fresca con los pies descalzos , lejos de ser una experiencia bucólica, es una realidad que Antonio González Suárez tenía muy clara y que nos ha dejado como mensaje magistral. A. González Suárez tiene una biografía hermosa y repleta de experiencias apasionantes. El motivo de este artículo no es otro que poner a la luz a un artista palmero, genial pintor, con una vida llena de guiños bohemios y de una gran personalidad. Desde mi humildad, sólo puedo invitarles a que indaguen en su historia y disfruten de su arte; aplaudir su legado y su mensaje de adoración por la naturaleza.

Apuntes biográficos

Nació en El Paso (La Palma) el 27 de abril de 1915. Fallece en La Laguna en 1.975. Viajó a la Península durante la Guerra Civil, compaginando su profesión militar con la pintura de paisaje que va conociendo. En 1939 se integró en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, donde ya había celebrado y celebraría numerosas exposiciones individuales y colectivas. Expuso tres acuarelas en el Instituto Español de Londres (1946) y en el Museo de Arte Moderno de Madrid en 1.950. En 1.947 colaboró en los frescos de la Iglesia de Santo Domingo de La Laguna (Tenerife) con el pintor Mariano Cossío, su futuro suegro. De sus viajes al norte de España, Inglaterra (1953) y Noruega (1954)  reconoció en sus obras una sintonía especial cromática y anímica con aquellos paisajes, que también fue percibida por algún artista de esos países. En 1955 dejó el ejército y se le nombró profesor interino de Dibujo Artístico en la Escuela de Artes y Oficios de Santa Cruz de Tenerife, docencia que también impartió en la Escuela de Bellas Artes de la misma ciudad hasta el año en que falleció. En 1963 preside la agrupación de Acuarelistas Canarios. En 1974 es nombrado académico por la de Artes y Ciencias de Puerto Rico. 

Santiago Jorge (pintor, ilustrador y coach artístico)

Correo: santiago62jorge@gmail.com

Teléfono: 674 949 853