La junta directiva regional la Plataforma Agraria Libre de Canarias (Palca), tras la reunión celebrada este lunes en Los Llanos de Aridane, ha acordado solicitar “a los plataneros” que “exijan” en “sus respectivas organizaciones de productores que los dirigentes sufraguen los perjuicios económicos derivados” de “la tardía decisión de picar” la fruta para frenar la caída de precios por la saturación del mercado.
La drástica medida ha vuelto a obligar a los cultivadores de las Islas a tirar, entre el 15 y el 21 de abril, más de un millón de kilos de plátanos. Esta cifra representa, según la consejera del PP en el Cabildo de La Palma Elena Simón, “un 12 % de la producción”. Simón indicó también que este año “ha comenzado la 'pica' prematuramente” y la primera Corporación palmera, “cual convidado de piedra, sigue sin activar ni impulsar medidas efectivas para evitar la inutilización de miles de kilos de plátanos”.
“Una vez más”, señala el presidente de Palca, Amable del Corral, en un comunicado, “los plataneros canarios se enfrentan a una nueva crisis de precios por la falta de previsión” en la comercialización. “No quisiéramos pensar”, subraya, “que, al día de hoy y con los medios técnicos al alcance, se desconozca la producción con un mes de anticipación”. Indica que “sería inaudito, aunque nos tengan acostumbrados”.
Al efecto señala que “se repite lo mismo de todos los años: se toman las decisiones a toro pasado y cuando el mercado está saturado”. En definitiva, sanciona, “cuando es peor el remedio que la enfermedad”.
Recalca que “desde Palca lo hemos dicho por activa y pasiva: con estos dirigentes terminaremos arruinados” y, añade, “a los hechos nos remitimos”.
Sostiene que “alguno” de los mencionados “dirigentes, de lo más que se preocupan es de que le suban sus emolumentos, le pongan asesores y se encarguen estudios, que pagamos todos, para luego hacer caso omiso a sus recomendaciones”.
Del Corral advierte que “de seguir actuando Asprocan, en la previsión de la comercialización, como lo viene haciendo año tras año, y dejar en manos de Dios la programación de la producción, está colocando al subsector a las puertas de la ruina”. Por eso, insiste, “no cejaremos de exigir profesionalización, transparencia, democracia y que, el que no esté capacitado, se vaya para su casa, que bastante caros nos salen”.