A principios del siglo XX la noticia recogida con detalladas crónicas sobre el matrimonio civil y canónigo de dos mujeres, Marcela y Elisa, en Galicia dio la vuelta a España y posiblemente en el extranjero. Lo calificaban como un caso insólito, curioso, “superchería inaudita” y el “más desatinado de los folletines”.
Diferentes estudios y articulistas definen al hecho del matrimonio entre dos mujeres como el primer caso homosexual que tiene lugar en España y por el contrario otros afirman que en el mundo. La novedad informativa, que conmocionó al mundo, no pasó desapercibida en la pequeña isla canaria de La Palma, por ese entonces con unos 41.000 habitantes.
La prensa palmera se hace eco, “del matrimonio sin hombre”, en el periódico conservador La defensa. el 11 de julio de 1901. Rotativo bajo la dirección y propiedad del palmero, maestro, librepensador, masón e historiador Pedro J. de las Casas Pestana (1856-1927) y el titular: Dos mujeres que se casan. Enlace matrimonial que había tenido lugar el 8 de junio de 1901 en la iglesia de San Jorge, La Coruña.
El hecho del matrimonio, por boda eclesiástica e inscripción en el Registro Civil, de las maestras Marcela Gracia Ibeas y Elisa Sánchez Loriga, haciéndose llamar Mario, se ha inmortalizado y dado a conocer a la sociedad del siglo XXI por Netflix, servicio de streaming por internet, con el largometraje titulado Elisa y Marcela (2019) guion escrito y dirección de la catalana Isabel Coixet e interpretado por las actrices Natalia de Molina y Greta Fernández. La repercusión ha sido tan destacada que entre las ofertas turística a La Coruña se ofrece una ruta guiada por los lugares de esta historia real.
La noticia llega a la isla canaria de La Palma
El rotativo palmero La defensa se publicó entre 1899 y 1903 impreso, a cuatro hojas, en la “Imp. Diario de avisos -Santiago 27”, Santa Cruz de La Palma. Por esos años conviven en La Palma unas siete cabeceras periódicas con diferentes idearios políticos o “intereses materiales de la isla”. Los gastos económicos que conllevaba la publicación los sufragaba la publicidad comercial y la suscripción personal de las simpatías o afiliación política. Ignoramos el número de ejemplares que se imprimían de cada número, suponemos que muy pocos y más en una isla dónde la mayoría de la población era analfabeta y de clase económica social baja.
El ejemplar de La defensa, 11 de julio de 1901, que conservamos en nuestro archivo particular debió pertenecer a un suscritor del municipio palmero de Puntagorda, allí se conservó hasta que lo recuperamos.
Con el titular Dos mujeres que se casan el periódico El imparcial de La Coruña publicó un detallado artículo del hecho en esos años inusual y hoy, siglo XXI, consolidado por una ley que modificó el Código Civil, y entró en vigor el 3 de julio del año 2005, después de cientos de años de dolorosas persecuciones sociales, religiosas, políticas, e incluso forzados tratamientos médicos, discriminación persistente e incluso la misma ejecución y muerte a homosexuales.
Durante siglos la formalización y unión de dos personas de un mismo sexo fue perseguida y socialmente inaceptable. Aunque la humanidad hipócritamente conocía que las relaciones homosexuales eran cotidianas y socialmente aceptadas en la culta antigüedad clásica de Grecia.
En esos lejanos tiempos, hace casi 125 años, no existían redes sociales y tampoco Internet. Era costumbre generalizada el intercambio de ejemplares de diferentes cabeceras y lejanos lugares e incluso de ultramar. En esos tiempos debieron arribar a Canarias en barco, igual que la correspondencia “ordinaria” y después de semanas, e incluso meses de camino y navegación, desde el lugar de redacción e impresión del rotativo. La prolifera prensa de La Palma también hacía lo mismo con intercambio de ejemplares.
Ignoramos exactamente cómo llegó la noticia gallega a la isla canaria de La Palma. Pudo ser por intercambio directo con El imparcial de La Coruña o por algún otro rotativo canario, la publicaron varias cabeceras, que reproducía la crónica original coruñesa y mantenían intercambio con el palmero La defensa.
También la telegrafía pudo ser el medio de expansión y divulgación, la isla quedó conectada por un cable submarino con Tenerife, enganche en Los Silos, en 1883.
La crónica del rotativo palmero La defensa
“Dos mujeres que se casan. Así titula ”El imparcial“ tan curioso como extraño, que le telegrafía su corresponsal desde La Coruña.
Se trata de un matrimonio civil y canónico contraído por dos mujeres.
Según parece, por el año 1885 entablaron gran amistad en la Escuela Normal de Maestras de dicha ciudad, a dónde concurrían como alumnas, dos jóvenes llamadas Marcela Gracia Heas y Elisa Sánchez Lóriga.
Las relaciones en las dos muchachas llegaron ha adquirir tal intimidad, que, mermando los afectos familiares de las mismas, provocaron grandes disgustos, precursores de la venida a Madrid, por dicha causa, de Marcela Gracia y su familia.
Trascurrió tiempo, las muchachas terminaron separadamente sus estudios y pronto se encargaron de escuelas situadas en pueblos distintos.
Las distinguidas familias de las maestras creían terminada, o por lo menos mermada, la amistad de las mismas; sin embargo, no era así; pronto Elisa abandonó su escuela, trasladándose al pueblo de Marcela y reanudaron ambas su vida común.
Y aquí empieza la parte interesante. De la noche a la mañana aparece Elisa vestida de hombre solicitando ante el párroco de San Jorge ser bautizada; es decir, bautizada.
Había vivido largo tiempo en Londres y deseaba adjurar sus erróneas creencias religiosas, para ingresar en el catolicismo.
Mario (así decía llamarse el supuesto joven) cumplió todos los requisitos de ritual y recibió las aguas bautismales, sin despertar en nadie la menor sospecha.
Entre tanto, en la iglesia del pueblo que estaba Marcela se leían las amonestaciones de su boda con el joven Mario, sin que nadie tampoco opusiese reparo alguno.
Con las certificaciones de estás amonestaciones y cubiertas todas las demás formalidades civiles y canónicas, el mismo párroco de la Coruña que había bautizado a Mario unió en Santo matrimonio a las dos jóvenes, las cuales, después de oír la misa de velaciones, y saborear el clásico chocolate y despedirse de los invitados, fueron a hospedarse en una fonda de la calle de San Andrés.
Pocos días después, dice el Imparcial, el párroco el Sr. Cortiella recibía una denuncia en toda regla.
Mario era una mujer, y todos habían sido víctimas de una superchería inaudita, cuya trama, desarrollo y desenlace parecía arrancados al más desatinado de los folletines.
Inmediatamente intervino la justicia. No sin trabajo, logró dársele caza al falso Mario. Un médico enviado por el juez lo reconoció, no sin protestas y resistencias extraordinarias, y aunque nada ha dicho a las gentes del resultado de su reconocimiento, por impedírselo el secreto profesional, se afirma que su informe es terminante y que el varón es la Srta. Elisa.
Lo cierto es que el Juzgado de Corcubión ha comenzado a instruir la correspondiente sumaria y que este suceso tan singular, tan disparatado y tan inverosímil es la comidilla de todo el mundo“. Santa Cruz de La Palma, La defensa, diario de la mañana, Año II, julio 11 de 1901. Número 199.
En el mismo sentido el periódico tinerfeño Unión conservadora el 22 de julio de 1901 y el 27 de septiembre se hace eco de lo que titulan “Suceso escandaloso. Matrimonio sin hombre. Historia curiosa”. Se trata de un relato detallado con nombres, apellidos y lugares de los protagonistas directos del Matrimonio sin hombres, en 1901, y una profunda estigmatización de lo que califican de Suceso escandaloso. En septiembre, citando fuentes telegráficas de Oporto, Portugal, el rotativo Unión conservadora recupera al asunto con “Las mujeres casadas en La Coruña”. En nuestra opinión la prensa de Tenerife incide con mayor crueldad discriminatoria que La defensa palmera, aunque ambos rotativos son conservadores.
Los hechos están ahí, inmortalizados y recuperando su divulgación en el siglo XXI por la reconocida cineasta Isabel Coixet en la película Elisa y Marcela (2019).
Y ahora nos vuelve a sorprender nuestra isla de La Palma alejada de los centros sociales, económicos y políticos de principios del siglo XX y adelantada y comprometida, una vez más, de todo aquello que venía de “fuera” y debía ser divulgado y conocido por la sociedad palmera. Maravilloso ejemplo-.
*María Victoria Hernández Pérez es cronista oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009)