Y la Carretera del Sur

Durante meses hemos visto, leído y escuchado comentarios de todo tipo sobre las obras de acondicionamiento del Túnel Viejo de La Cumbre, olvidando la Carretera del Sur, aquella que a pesar de la fuerte niebla de los meses de invierno tendría que haber sido un revulsivo económico para la Isla, al incorporar muchas zonas de importancia agrícola y turística, sobre todo en pequeños núcleos urbanos consolidados, que volverían a tener vida gracias a esta vía.

Aunque las obras de la Carretera del Sur son de mucha importancia por cuestiones de seguridad, posibles accidentes (siempre ha sido una carretera peligrosa), e importante por razones de empleo para muchos palmeros y muchas palmeras, ya que son innumerables las personas de municipios lejanos que trabajan en Fuencaliente; la Carretera del Sur lleva tantos años en obras, sin contar redacción de proyectos y demás, que tendría, y pido disculpa por la siguiente broma, que preguntarle al doctor en Prehistoria don Jorge Pais para saber cuándo comenzó este desaguisado, hay quien habla de 9 ó 10 años, pero hace mucho tiempo. Un ignorante servidor no sabe quién es el máximo responsable, porque me niego a dejar toda la responsabilidad en el Gobierno de Canarias; pero por favor terminen esta vía.

Mientras desde el Cabildo de La Palma se tiene que apoyar económicamente a las compañías aéreas que nos traen turistas desde Europa a La Palma, por carecer la Isla de una oferta turística un poco más amplia, sobre todo en zonas urbanas consolidadas, que se olviden de consumir territorio, y se participa en muchas ferias turísticas para atraer visitantes a la Isla, al no terminar de una vez la Carretera del Sur, se está atacando al turismo, ya que no se tienen en cuenta los turistas que se hospedan en el Hotel de Fuencaliente (entre 800 y 1.600, dependiendo la época del año), los cuales al contrario que los turistas del todo incluido de otras islas desean visitar La Palma, y no se atreven por no conducir en esa carretera, y parece que no importa los empleos allí generados (entre 250 y 350 trabajadores directos), que al no depurar los accesos, se está torpedeando el empleo allí generado.

Hace más de cuatro años publiqué en este mismo medio un artículo donde hablaba como era la obra pública en Canarias, mencionando la poca gente que realmente construye y toda aquella que trabaja a su alrededor como gerentes, coordinadores de Seguridad y Salud, por partida doble, uno que construye y otro que controla lo que se construye, encargados, capataces, topógrafos y jefes de topógrafos, por partida doble unos pertenecen a las empresas que construyen y otros a la empresa que controla lo construido, delegados de las UTEs, ingenieros de control, asistentes de los ingenieros, delineantes, jefes de obra, oficina técnica, calidad, medioambiente, administrativos varios, sin contar los técnicos de los cabildos y de la Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Canarias que pasan por las obras a realizar sus inspecciones. Pues todas estas personas no han logrado empujar una carretera tan necesaria y muchos no entendemos porque se ha llegado a este abandono.