‘Presuntísimo’ ladrón: pero hombre, vamos a ver, mientras tus paisanos sufren la más tremenda catástrofe que ha visto este país, tú eres de esa calaña que aprovechan el desastre para robar, en vez de estar ayudando a tu gente a salir de la pesadilla. Mientras la UME, sin ir más lejos, se juega la vida rescatando gente de lugares donde el común de los mortales ni nos asomaríamos, a ti te trincan con un carro de supermercado y diez jamones. No me vas a decir ahora que eres un Robin Hood que robó los jamones para dar bocadillos a los damnificados del desastre, y si es así, estoy deseando creerte, deseando creer que pudiendo coger mortadela pensaste que las víctimas del desastre se merecían jamón. Ay, daría algo por creerte, pues hasta el dueño de lo robado en ese caso seguro que retiraría cualquier demanda contra ti. Por desgracia los robaste para ti y punto, o eso parece, presunto rufián. Pero me pregunto qué ibas a hacer con diez jamones, te ibas a poner a dieta de jamón, ibas a reinventar el jamón con ‘tumaca’, ibas a ponerte cachas para así contribuir con tu musculatura hiperproteica a reconstruir Valencia, en plan Cid Campeador de los jamones… Ahora para mí eres un ridículo símbolo de todos esos desalmados que han trincado robando en medio del desastre, pero si me demuestras que cogiste los jamones para repartirlos entre el pueblo masacrado, te debo una disculpa, mientras tanto recibe el más absoluto desprecio de este que te desea de corazón que dejes de ser lo que ahora eres y compartas el jamón, pues el jamón compartido sabe mucho mejor. Presuntamente, no sea que...