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OPINIÓN | Ana 'Roja' Quintana, por Antonio Maestre

Urgente Vs Importante…

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Este “enfrentamiento” de vocablos es un constante. Viene a parecerse a eso de huevo Vs gallina… 

Veamos, el Emprendedor tiene que ser organizado “per se”. Como ya les he contado en otros artículos, suele ocupar varios puestos en su empresa, desempeñando por tanto diferentes roles. 

Lo primero que les recomiendo es que “descuarticen” el poder de ambas palabras: 

Urgente: “que urge, instar o precisar a la pronta ejecución o remedio de una cosa” 

Importante: “que importa, ser de mucha entidad o consecuencia” 

Como ven, las definiciones, al menos a mí, no me sacarían de dudas a la hora de saber qué tengo que hacer primero, si lo urgente o lo importante. Lo que sí está claro que no son la misma cosa, y que, en función de los niveles de prioridad, tendrán mayor o menor peso. 

Lo urgente es algo que les supondrá la inmediatez, es decir, podrá ser importante o no, pero está abocado a hacer algo “sobre la marcha”. 

Por otro lado, lo importante tiene algo más de “margen de maniobra”. Seguramente no requiera de una resolución inmediata, por lo que a la hora de priorizar podemos incluso extrapolarlo en categorías (primer plano, segundo plano…). 

Lo importante también podría ser urgente; cuando se mezclan las dos palabras es menos problemático, porque seguramente sea lo que tengan que hacer, antes de nada. 

Dicho esto, el Emprendedor también deberá discernir si algo es verdaderamente urgente o no, o si algo es realmente importante o no. 

¿Se puede medir de alguna forma lo urgente? 

URGENTE: tiempo estimado de la acción / tiempo restante hasta la deadline 

(Entendemos por “deadline” la fecha límite de entrega) 

Si el resultado es 0, estaríamos ante una acción que NO es urgente, si es muy próximo, igual o superior a 1, paren lo que estén haciendo y “al abordaje”, o si no la acción no saldrá adelante. 

Decía Mao Zedong (el Emperador Rojo) que “lo urgente generalmente atenta contra lo necesario”; la verdad que lo ideal para el Emprendedor es tener muchas cosas importantes, será síntoma de que la cosa marcha bien, y pocas urgentes, reflejo de una buena organización, logística, etc. 

Pero vivimos en un mundo ágil, rápido, cargado de contenidos efímeros… Los clientes actuales son los más “tinderizados” de la historia. Son infieles con las marcas, pero no porque estas se hayan portado mal para con ellos, sino porque necesitan experiencias nuevas, necesitan cambiar, volver a la casilla de salida. Que le hagamos un pedido urgente a un cliente, que le solucionemos “la papeleta importante” para ellos, no quiere decir que los hayamos fidelizado. 

El problema de todo esto es que tendemos a pensar que lo importante es aquello que es urgente, y no tiene “porqué”. 

·     Si tienen que hacer dos acciones urgentes, comiencen por la que tiene menos tiempo límite para ser ejecutada.

·     Si pueden cambiar la fecha de una acción, cambiará automáticamente su grado de urgencia.

·     Si calculan mal el tiempo destinado a una acción, y ven que les llevará más, automáticamente sube el grado de urgencia. 

Si realmente quieren ganar en salud, y cómo no, en productividad, tendrán que velar por no tener demasiadas acciones urgentes. 

¿Y cómo se consigue eso? 

Con planificación 

Intenten planificar aquello que tienen que hacer en el día. La mejor fórmula que conozco para esto es hacer la planificación por ejemplo en un calendario (Google Calendar) el día anterior. 

Sé que cuando van a finalizar su jornada, las ganas de planificar la siguiente es mínima, pero véanlo de otra manera; si planifican con antelación el día que está por venir, la cabeza dará menos vueltas durante la tarde y la noche que les queda. 

Con prevención 

No llenen sus agendas… ¿Por qué? Porque puede surgir algo realmente urgente para hacer. Por mucho que planifiquemos nuestros días o semanas como les indicaba ut supra, siempre surgen imprevistos. 

Lo mejor para ello es tener algunos huecos. Con ello conseguiremos que no se trasladen muchas de las acciones previstas, y que puedan realizar la planificación lo más exacta posible. 

Con aprendizaje 

Les contaba antes una fórmula para lo urgente… ¿Pero para lo importante? La sapiencia, el bagaje, ese acervo que dan los años de experiencia como Emprendedor son capitales para plantearse y replantearse qué es lo realmente importante. 

 

Bueno, les dejo que tengo muchas cosas urgentes que hacer, y otras tantas cuyo grado de importancia aún no tengo definido… ya se sabe que “en casa del herrero…”

Rayko Lorenzo.

www.raykolorenzo.com