El Cabildo de La Palma, a través de su Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, ha comenzado un estudio de recuperación de las antiguas casas de pajizos o de cubierta vegetal, que en su día fueron viviendas y también lugar para guardar aperos de labranza, informa la Corporación insular en una nota de prensa.
En ese sentido, la consejera del área, María Victoria Hernández, señala que “se ha contado con la participación de los propietarios y de los propios ayuntamientos, principalmente de San Andrés y Sauces, Puntallana y Garafía, que son los municipios donde se conservan ejemplos de esta arquitectura”.
Un primer paso para poner en valor estas construcciones será la conferencia “La recuperación de los pajares de La Palma: la experiencia de Pinolere”, que la perito agrícola Yaiza González Hernández, directora del proyecto de recuperación de los pajares de Pinolere de La Orotava, ofrecerá este viernes, a las 20:00 horas, en el Teatrino de la Casa del Quinto, de San Andrés y Sauces.
Las construcciones realizadas con materias vegetales constituyen un elemento característico del hábitat de muchas sociedades humanas del presente y el pasado. Desde los desiertos a las selvas tropicales, cada ecosistema ha proporcionado especies silvestres o cultivadas que han servido como soporte o cubierta de casas, almacenes, infraestructuras o edificios singulares.
Sin embargo, en los últimos tiempos este tipo de cubiertas sufrió un retroceso y se le dio uso básicamente en el entorno rural. Hoy en día existen muchos arquitectos y paisajistas dispuestos a descubrir la relevancia y conveniencia de estas técnicas.
La pervivencia actual de cubiertas vegetales en La Palma tiene sus antecedentes en el siglo XVI. Las noticias al respecto abundan en las escrituras de las escribanías públicas y en todos los municipios palmeros.
María Victoria Hernández señala que “estos son unos primeros pasos necesarios para una toma de conciencia del valor patrimonial que tienen los peculiares pajares de La Palma”, y destaca que “la consolidación de esta iniciativa del Cabildo de La Palma redundaría en la recuperación del paisaje como atractivo etnográfico y cultural y la pervivencia de un oficio, el de los ”tapadores“, casi olvidado en la Isla”.