El Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma ha iniciado este viernes la intervención que permita reabrir al tráfico la calle Francisco Vega Monroy, que se encuentra cerrada a la circulación desde el pasado mes de julio debido al riesgo de desprendimiento en dos terrenos colindantes, según se informa en nota de prensa. Las obras han sido visitadas esta mañana por el alcalde de Santa Cruz de La Palma, Sergio Matos, y los concejales de Urbanismo, Víctor Francisco, e Infraestructuras, Manuel Abrante.
Sergio Matos explica que el Ayuntamiento “asumirá la ejecución de esta obra con carácter subsidiario, ya que trata de una intervención de urgencia debido al riesgo para la seguridad que supone el actual estado de los muros y evitar la dilación del proceso para que los propietarios de estos terrenos asuman la actuación”.
De acuerdo con el periodo de ejecución contemplado en el contrato de adjudicación de las obras, el alcalde confía en que la vía “pueda reabrirse al tráfico antes de que dé comienzo el curso escolar, puesto que se trata de una carretera muy transitada por la cercanía de varios centros escolares”.
Las fuertes lluvias caídas a principios de julio provocaron desprendimientos sobre la vía desde unas fincas antiguamente destinadas a la plantación de plataneras, en la actualidad abandonadas y cuyas paredes y muros se encuentran en mal estado, con el consiguiente peligro para los peatones y usuarios, por lo que se optó por cortar la circulación y la colocación de un vallado de protección.
Las obras consistirán en la demolición de todos los muros cortavientos de bloques de hormigón vibrado así como de las paredes de mampostería a dos caras de piedra seca sobre la que se asientan los muros cortavientos. Posteriormente se procederá a la limpieza de la vegetación de todo el talud que linda con la vía pública para poder inspeccionar la base de los muros de contención y comprobar su estabilidad, siendo demolidos aquellos lo que requieran.
A continuación se procederá a la construcción de un muro de bloques de hormigón en todo el perímetro del solar, la reposición en la vía del pavimento afectado por los trabajos y, por último, la colocación de una torta de hormigón que evite nuevos desprendimientos de cascotes y el continuo deterioro de las coronaciones de los muros.