El Corpus Christi de Villa de Mazo, que se celebra este jueves, es una fiesta que “se sostiene en el genio creativo de unos pocos y en el trabajo altruista de una generación que suman muchos años de vida y experiencia”, según afirmaba este miércoles en un artículo en este periódico el macense Pedro Luis Pérez de Paz, catedrático de botánica de la Universidad de La Laguna.
“Para muchos, entre los que me encuentro, el Corpus de Villa de Mazo es un misterio que se plasma cada primavera en los pasillos, alfombras, arcos y descansos, que engalanan las calles del casco urbano del municipio. Cuando nos adentramos en los intríngulis de la fiesta y se valora el sacrificio y horas laborales que hay detrás de la misma, sólo cabe calificarlo como un misterio terrenal de los tiempos que vivimos”, asegura.
Cada año, este pueblo artesano por antonomasia derrocha imaginación a la hora de crear las piezas que se exponen en un museo efímero que deslumbra al visitante y que huele a naturaleza.