La pitaya (Selenicereus undatus)

6 de julio de 2023 13:40 h

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Crece en el suelo tendida,

flor de aroma embriagadora,

también grácil trepadora,

por su fruta perseguida.

En la ciudad consumida,

en el campo cultivada,

antianémica apreciada

como tónico valioso,

que por su fruto jugoso

es laxante acreditada. 

Jócamo, 4. VII.2023

NOTA: “Selene”, en la cultura griega, diosa de la Luna; y “cereus”, que significa vela en latín. Dos términos que aluden a la noche, que es cuando brilla la Luna o la vela ilumina la oscuridad.

El nombre del género Selenicereus que algunos segregan del tradicional y más amplio Hylocereus, alude a que es durante la noche cuando esta planta florece y desprende un penetrante olor que atrae a los murciélagos para cumplir con la importante misión de agentes polinizadores. El proceso transcurre durante la noche, ya que tras el amanecer, a medida que calienta el sol, las flores se deshidratan y marchitan precozmente.

Tras la polinización cuajan los frutos o pitayas, que como los higos pico o tunos tienen numerosas semillas envueltas por la pulpa acuosa, rica en vitaminas (B y C), azúcares y fibras, que contribuyen a las acreditadas virtudes medicinales de esta fruta, como reconstituyente antianémico y laxante.